El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, líder de los sondeos de intención de voto para las presidenciales de 2022 y principal rival del actual mandatario, Jair Bolsonaro, inició este domingo una gira por el nordeste de Brasil, su fortín político, pero negó que ya esté en campaña electoral.
El exjefe de Estado (2003-2010) y líder izquierdista desembarcó este domingo en Pernambuco, su estado natal, importante feudo de la izquierda en Brasil y por donde ha iniciado una gira de diez días que lo llevará a seis estados del nordeste, la región más pobre del país, gobernada en su mayoría por opositores de Bolsonaro y tradicional bastión del socialista Partido de los Trabajadores (PT). "Llegué Pernambuco. De regreso a casa", afirmó el exmandatario al publicar en la tarde de este domingo una fotografía en sus redes sociales en las que aparece en Recife, la capital regional, con los principales dirigentes regionales del PT.
El expresidente alega que no está en campaña electoral y que no incluyó en su agenda ningún acto público o con muchedumbres, incluso para impedir las críticas de que promueve aglomeraciones en momentos en que Brasil aún enfrenta elevados números de contagios y muertes por la pandemia de la covid.
Pero sí tiene previsto un sinnúmero de encuentros con gobernadores y alcaldes de la región, dirigentes políticos y líderes de movimientos sociales y sindicales en los esdos de Pernambuco, Piauí, Maranhao, Ceará, Río Grande do Norte y Bahía que siempre han estado en la base de apoyo del PT.
"Lo único que quiero es conversar sobre el futuro de Brasil, sobre la esperanza que no podemos perder. Todos saben que el país ya estuvo mejor y que podemos recuperar todo eso", afirmó el dirigente.
El líder socialista inicia su gira por el nordeste precisamente en el momento en que Bolsonaro promueve un nuevo programa de distribución de subsidios para los más pobres, que supera en valores y alcance al "Bolsa Familia" de Lula, que favorecerá principalmente a las familias de la región y podrá tener fuerte efecto electoral.
Los dirigentes del PT no niegan que la gira le permitirá a Lula amarrar o comenzar a negociar apoyos para una candidatura de oposición a Bolsonaro, ya que el líder ultraderechista pretende aspirar a la reelección, que aglutine a las fuerzas de izquierda y a algunas del influyente centro.
Desde que abandonó la cárcel en la que pasó 580 días condenado por corrupción, en noviembre de 2019, y especialmente desde que la Corte Suprema anuló los procesos por los que fue condenado y lo habilitó políticamente de nuevo, en abril pasado, el histórico dirigente del PT ha dicho que puede disputar las elecciones en caso de que las fuerzas de izquierda se lo pidan y tenga condiciones.