Derek Chauvin, el ex agente de policía acusado de matar al afroamericano George Floyd en mayo pasado en Mineápolis (Minesota, EE.UU.), fue este martes declarado culpable de los tres cargos que enfrentaba. Los miembros del jurado decidieron de forma unánime que Chauvin es culpable de asesinato involuntario en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; de asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años; y de homicidio involuntario en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.

Estados Unidos se encontraba en vilo a la espera del veredicto del juicio mientras que el presidente del país, Joe Biden, aseguró que rezaba para que la sentencia fuera "correcta". El tribunal, aislado en un hotel de Mineápolis, debía decidir por unanimidad si Chauvin es culpable o no de los tres cargos que enfrenta: asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad. Como no tiene antecedentes penales, solo podría ser condenado a un máximo de 12 años y medio de prisión por cada uno de los primeros dos cargos y a 4 años de cárcel por el tercero.

Los doce miembros del jurado -seis blancos, cuatro negros y dos "multirraciales"- empezaron a deliberar este lunes después de los alegatos finales de la Fiscalía y la defensa y reanudaron su debate el martes por la mañana.

El asesinato, ocurrida plena luz del día y grabada en vídeo por los transeúntes, dio la vuelta al mundo y provocó una movilización global contra el racismo. La tensión y las protestas en las calles ha caracterizado este proceso, que para muchos activistas, podía convertirse en un punto de inflexión en la larga historia de brutalidad policial contra los negros.

La expectación sobre la sentencia a Chauvin, que se encontraba en libertad bajo fianza, era tal que hasta Biden dio este martes su opinión desde la Casa Blanca.

En declaraciones a la prensa en el Despacho Oval, Biden señaló que esperaba un veredicto "correcto". "Estoy rezando para que el veredicto sea el correcto. En mi opinión, es abrumador", dijo el presidente, sin aclarar si se refería a las pruebas contra Chauvin o al caso en sí.

Justo al término de los argumentos finales, Biden llamó a la familia de Floyd para hablar con ellos y decirles que "estaban en sus oraciones", según la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

SEGURIDAD MÁXIMA EN ESTADOS UNIDOS

El vilo ante el resultado de la sentencia se ha traducido en tensión en las calles, especialmente en Mineápolis, donde había más de 3.000 miembros de la Guardia Nacional estadounidense desplegados en el área metropolitana de la ciudad.

Por el centro, cerca de la sede del juzgado, había vehículos blindados en la mayoría de las esquinas en prevención de que la emisión del veredicto pueda provocar posibles protestas masivas.

Hasta este martes, las manifestaciones en la ciudad han sido pacíficas, aunque una iglesia en el noroeste de la urbe sufrió este lunes por la noche un incendio, cuyas causas se encuentran todavía bajo investigación y que podrían no estar relacionadas con las concentraciones en memoria de Floyd y otras víctimas de la brutalidad policial.

Pese a que la decisión sobre el futuro de Chauvin la han tomado los miembros del jurado del caso, la mayoría de la población de EEUU cree que el exagente de policía debía ser declarado "culpable" del asesinato de Floyd, cuyos últimos momentos en vida fueron grabados por varios transeúntes en un barrio del sur de Mineápolis.

Eso se desprende de la última encuesta de Hill-HarrisX, publicada en las últimas horas, que encontró que el 47% de los estadounidenses opinan que Chauvin es culpable, mientras que un 20 % consideran que no lo es.

Por otro lado, un 33 % sostienen que no están seguros, de acuerdo a este sondeo, que contó con la participación de 2.881 personas y tiene un margen de error de 1,83 puntos porcentuales.

En lo que sí coincidieron todos los encuestados fue en asegurar que vieron el dramático video en el que Chauvin presionó con su rodilla el cuello de Floyd durante nueve minutos y 29 segundos hasta que el afroamericano dejó de respirar.