Moscú - El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su colega de Estados Unidos, Donald Trump, tratarán de enderezar las tensas relaciones entre las dos grandes potencias en su primera cumbre bilateral, el próximo 16 de julio en la neutral Helsinki. “La reunión entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendrá lugar en Helsinki el 16 de julio”, señaló ayer el Kremlin en un comunicado, de forma simultánea a un anuncio de la Casa Blanca.
El encuentro entre los dos líderes más poderosos del mundo se estaba buscando desde hace meses, pues Putin y Trump solo se han visto hasta ahora informalmente en reuniones internacionales, la última vez en noviembre durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Vietnam. Desde la llegada del republicano a la Casa Blanca hace ya año y medio, cuando las relaciones entre Moscú y la Administración de Barack Obama estaban en su momento más bajo, el Kremlin soñaba con una cumbre con el nuevo líder estadounidense que permitiera relanzarlas.
Finalmente, el miércoles se informó de que Putin y el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, un halcón ultraconservador nombrado para el cargo en marzo por Trump, habían llegado a un acuerdo para su celebración “en un tercer país”. “Durante las negociaciones está previsto debatir la situación actual y las perspectivas del desarrollo de las relaciones ruso-estadounidenses, además de los asuntos de actualidad de la agenda internacional”, indicó la nota de ayer del Kremlin con la que se anunció la sede y el día.
Antes, el asesor de Putin para Asuntos Internacionales, Yuri Ushakov, había adelantado que los dos líderes tratarán el arreglo del conflicto sirio, las vías para mejorar las relaciones bilaterales, la crisis ucraniana, el programa de desarme nuclear, la situación en Corea del Norte y el acuerdo nuclear con Irán, entre otros asuntos.
El escollo de Crimea Algunos, como el conflicto ucraniano y la anexión de Crimea, han envenenado las relaciones entre Moscú y Washington desde 2014 hasta niveles de la Guerra Fría. A ello se sumaron después la intervención de Rusia en Siria en apoyo del presidente Bachar al Asad, las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos y, últimamente, el caso del envenenamiento del exespía Serguéi Skripal en el Reino Unido.
De acuerdo a Ushakov, la cumbre durará varias horas e incluirá un cara a cara, seguramente un desayuno de trabajo y una conferencia de prensa conjunta para informar de los resultados, y además se publicará una declaración conjunta.
Putin viajará a Helsinki después de haber asistido el día 15 a la final del Mundial de fútbol en el estadio Luzhniki de Moscú, un acontecimiento deportivo que sirvió para relajar tensiones en su reunión con Bolton. El asesor de Donald Trump elogió la preparación del Mundial de fútbol, precisamente cuando Estados Unidos se dispone a acogerlo dentro de ocho años junto con México y Canadá.
“Igualdad y respeto” Putin expresó el miércoles su “esperanza” en que se puedan dar los primeros pasos “para restablecer plenas relaciones sobre la base de la igualdad y el respeto”. “Debo constatar que las relaciones ruso-estadounidenses no pasan por su mejor momento. Ya lo he dicho públicamente y lo vuelvo a decir ahora: creo que esto se debe en buena medida a una aguda lucha política interna dentro de Estados Unidos”, dijo Vladimir Putin al recibir a Bolton.
Este, por su parte, reconoció: “No esperamos resultados concretos porque ha pasado mucho tiempo sin una cumbre oficial entre los mandatarios de nuestros países”. Pero agregó que Trump confía en que “esa reunión personal de alto nivel será beneficiosa tanto para Estados Unidos como para Rusia y servirá para reforzar la paz y la seguridad en todo el mundo”.
Para ultimar la cumbre de Helsinki, se espera una reunión del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, según la cancillería rusa, que consideró el encuentro Putin-Trump “extremadamente necesario”.