Ginebra/Washington - Unicef denunció ayer la práctica estadounidense de separar niños inmigrantes de sus padres en la frontera con México y recordó que bajo cualquier circunstancia los menores de edad deben estar siempre junto a sus familias. La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore, dijo ayer en un comunicado que “parte el corazón ver como niños, algunos de ellos bebés, y que buscaban refugio en Estados Unidos, son separados de sus padres”. Según datos oficiales, cerca de 2.000 menores inmigrantes han sido separados de sus familias en la frontera con México en un plazo de seis semanas, debido a la política de “tolerancia cero” del presidente de EEUU, Donald Trump, contra la inmigración ilegal, que implica tratar como criminales a los indocumentados que entran al país.

“Los niños, sin tener en cuenta de donde vienen o cual es su estatus migratorio son niños antes que nada. Los que no tuvieron otra opción que huir de sus hogares tienen el derecho a ser protegidos, tener acceso a los servicios esenciales y estar con sus familias, como cualquier otro niño”, agregó.

Foe hizo hincapié en que “la detención y la separación de las familias son experiencias traumáticas que pueden exponer estos niños a explotación y abuso”. El portavoz de Unicef Christophe Boulierac fue consultado ayer en rueda de prensa si la entidad tiene acceso a los centros donde están detenidos, pero la pregunta no tuvo respuesta.

Tampoco supo decir si la propia Foe o algún otro alto cargo había solicitado visitar los centros donde están detenidos los niños.

En Estados Unidos es creciente la indignación tras haberse difundido las imágenes de menores inmigrantes alojados en almacenes y, en algunos casos, dentro de recintos divididos a modo de jaulas. Además, ha habido denuncias de que las personas que cuidan de los niños en dichos centros no están autorizados a tocar, acariciar o abrazar a estos menores. El portavoz dijo que “no es aceptable” tener a los menores encerrados y separados de sus progenitores y subrayó “que es terrible no ser capaz de consolar y ayudar a un niño tocándolo, porque los niños necesitan afecto y cariño”.

Boulierac agregó que Unicef no está en la frontera mexicoestadounidense y tampoco supo responder porqué no había una presencia allí, como sí tienen en otros lugares del planeta donde los derechos de los niños están siendo violados o en peligro. El portavoz se limitó a recordar que Estados Unidos es el único país en el mundo que no ha firmado y ratificado la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños, cuyo artículo nueve especifica que los menores no deberían ser separados de sus padres contra su voluntad.

Por su parte, el portavoz de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) Joel Millman aseguró que la entidad que representa tampoco está presente en la frontera con lo cual no pueden monitorear lo que está sucediendo, pero subrayó que ningún inmigrante debería ser detenido y menos los menores de edad.

Mientras, el Gobierno de Estados Unidos espera que la política de separación de familias inmigrantes indocumentadas ordenada por el presidente, Donald Trump, en la frontera sur sirva como “efecto disuasorio” para quienes busquen acceder al país de forma ilegal, aseguró ayer un alto funcionario. “Esperamos que la nueva política tenga un resultado de efecto disuasorio, realmente esperamos que los padres paren de traer a sus hijos en estos peligrosos viajes”, explicó un responsable del Departamento de Salud y Servicios Humanos durante una llamada telefónica.

“tolerancia cero” El alto cargo de la Administración había sido preguntado sobre si la institución estaba preparada para ampliar las instalaciones en las que mantienen a los niños que separan de sus familias en la frontera como consecuencia de sus políticas de “tolerancia cero”.

“Estamos preparados para continuar ampliándolas según lo necesitemos, pero esperamos que no sea necesario”, incidió el empleado público, quien contradijo a la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, al hablar de una “nueva política” y al reconocer la búsqueda del “efecto disuasorio”.

Las declaraciones llegan un día después de que Nielsen considerara “ofensivo” que se insinúe que la política de separación de familias tiene como objetivo disuadir a otros inmigrantes de que intenten entrar ilegalmente en EEUU.

“¿Por qué crearíamos una política que hiciera eso?”, preguntó Nielsen, pese a que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, admitió el año pasado que estaba planteándose separar a las familias inmigrantes como táctica de disuasión.

Nielsen se vio obligada el lunes a acudir a la Casa Blanca a ofrecer explicaciones debido a la presión mediática y social recibida por estas nuevas medidas migratorias.

El lunes, la organización ProPublica difundió unas grabaciones de audio desde dentro de una de las instalaciones de la Patrulla Fronteriza en la que se podía escuchar a los niños, recién separados de sus padres al cruzar el límite con México de forma ilegal, llorando desconsolados y gritando “papi” y “mami”; mientras, un agente bromeaba: “Tenemos una orquesta aquí”.

Entre el 5 mayo -inicio de las políticas de “tolerancia cero”- y el 9 de junio, un total de 2.235 familias y 4.548 personas han sido separadas por las autoridades en este contexto, según datos oficiales.

De esas personas, 2.342 son niños que han pasado a ser considerados no acompañados y 2.206 adultos, quienes serán procesados por la vía criminal debido al cruce fronterizo.

Las nuevas medidas implican que quienes crucen los límites entre México y EEUU por puntos de acceso no oficiales serán procesados por un crimen, lo que implica que sean separados de los menores que llegan con ellos, ya que estos no pueden ser imputados por un crimen.