Londres - La Cámara de los Comunes rechazó ayer una enmienda que cedía al Parlamento parte del control del Gobierno sobre la fase final de las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). La cámara Baja retiró esa cláusula de la llamada ley del Brexit por 324 votos frente a 298, después de que un grupo de diputados del Partido Conservador de la primera ministra británica, Theresa May, amenazó con rebelarse contra la disciplina de su formación. Para sofocar esa rebelión, el Gobierno conservador se comprometía a negociar una nueva versión de la enmienda antes de que la legislación regrese por segunda vez a la Cámara de los Lores.
La enmienda rechazada obligaba al Gobierno a seguir “cualquier indicación” del Parlamento en caso de que no lograra alcanzar un acuerdo con Bruselas sobre los términos de salida de la UE o bien rechazar las cámaras un eventual pacto. Bajo esa disposición, los diputados podrían haber instado al Gobierno a regresar a la mesa de negociaciones con sus 27 socios comunitarios restantes en caso de que no hubiera acuerdo.
El conservador Dominic Grieve, antiguo fiscal general británico, lideró en el debate de ayer a un grupo de diputados tories favorables a aumentar los poderes del Parlamento en ese diálogo con Bruselas.
las “garantías” de May Poco después de la votación, Grieve indicó que había obtenido “garantías” por parte de la primera ministra de que dialogará sobre sus “preocupaciones” y se mostró confiado en que el Ejecutivo concederá al Parlamento un voto “significativo” sobre el Brexit.
El Gobierno ya se comprometió en diciembre a someter a votación un eventual acuerdo con Bruselas, si bien en ese compromiso no se especifica qué pasos se darán si el pacto es rechazado ni otorga mayor control al Parlamento. Durante el debate de la tarde de ayer, el abogado general británico, Robert Buckland, se comprometió con los parlamentarios conservadores rebeldes a valorar una versión suavizada de la cláusula.
La Cámara de los Lores introdujo 15 enmiendas a la ley del Brexit que ya había sido aprobada por los Comunes, de las cuales el Gobierno se opone a 14, mientras que ha aceptado la que le insta a continuar participando en algunas agencias comunitarias.
La cámara Baja continuará evaluando hoy esas enmiendas, antes de devolver el texto a los Lores, que a su vez podrían continuar con un proceso conocido en la política británica como ping-pong e introducir nuevas modificaciones que requieran de nuevo el voto en la Cámara de los Comunes.
Dimite antes del debate Unas horas antes de que la Cámara de los Comunes debatiera la llamada ley del Brexit, que traslada la legislación comunitaria al cuerpo normativo británico, presentaba su dimisión el secretario de Estado de Justicia británico, Phillip Lee.
Lee, quien votó por la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE) en el referéndum del pasado junio de 2016, expuso en su carta de renuncia que sigue pensando que “continuar en la UE hubiese sido el mejor rumbo a seguir”.
“Ya no se puede dar marcha atrás al reloj y es imposible volver a como estábamos antes del referéndum”, reconoció el político, para alegar que si “hay que llevar a cabo” el Brexit hay que hacerlo “bien” porque es “irresponsable” proceder como se está haciendo. Lee explicó que la principal objeción que le ha llevado a renunciar a su cargo radica en “el deseo del Ejecutivo de limitar el papel del Parlamento en su contribución al resultado final”. En este sentido, expresó su apoyo a la enmienda al texto legislativo que persigue garantizar un voto significativo de los diputados sobre el futuro acuerdo.
El Partido Conservador no tiene mayoría absoluta en los Comunes, por lo que requiere el apoyo de los diez diputados del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP).
La primera ministra está afrontando profundas divisiones en su gabinete sobre la futura relación del Reino Unido con la UE por lo que Theresa May, antes del debate alertó a los diputados de su formación de que una nueva rebelión en la Cámara de los Comunes en la tramitación de la ley del Brexit socavaría su posición negociadora ante Bruselas. “Estoy intentando negociar el mejor acuerdo para el Reino Unido. Tengo confianza en que puedo lograr un acuerdo que nos permita firmar pactos comerciales y al mismo tiempo tener una frontera con la Unión Europea con las menores fricciones posibles”, señaló. “Pero si se permite que se mantengan las enmiendas de los Lores, esa posición negociadora quedará socavada”, afirmó la jefa de Gobierno. - Efe