Londres - “Siete años de detención sin cargos”, decía ayer el fundador de Wikileaks, Julian Assange desde el balcón de la embajada ecuatoriana en Londres, donde permanece refugiado desde junio de 2012, tras el anuncio de la fiscalía sueca de cerrar su caso por una supuesta violación ante la imposibilidad de hacer avanzar la investigación preliminar. Assange reconoció que si bien “la batalla ha terminado, la guerra acaba de comenzar” después de que la principal fiscal sueca, Marianne Ny, explicase que Suecia había decidido interrumpir la investigación porque no hay posibilidad de llevar a Assange a Suecia “en un futuro previsible” y como “ya no es proporcional” mantener la euroorden de detención.

Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres para evitar la extradición a Suecia para responder a preguntas sobre las denuncias de violación hechas por dos mujeres. Aquí se encuentra desde entonces, temiendo que si es arrestado podría ser extraditado en última instancia a los Estados Unidos.

En una conferencia de prensa en Estocolmo, Ny dijo que la investigación podría ser reabierta si Assange regresa a Suecia antes de 2020, puntualizando además que el caso no era rechazado porque el acusado haya sido encontrado inocente. La primera reacción de Assange tras este anuncio fue publicar una foto en la red social Twitter en la que parece aliviado y feliz.

A las pocas horas, un desafiante Assange reconoció que “no perdonará ni olvidará” los intentos de arrestarlo por las acusaciones de violación que lo llevaron a buscar asilo en la embajada ecuatoriana. A sus 45 años, sigue en el punto de mira de Estados Unidos por su filtración de documentos militares y diplomáticos.

Pese a la alegría por la noticia, el fundador de Wikileaks optó por permanecer en la Embajada, ya que teme que la extradición a Suecia conduzca a otra acto seguido a Washington. “Es una victoria importante para mí y para el sistema de derechos humanos de la ONU, pero de ninguna manera borra siete años de detención sin cargos, mientras mis hijos crecieron”, lamentó. Frente una centena de periodistas desde el ya famoso balcón, fue interrumpido por un increpante que le preguntaba “¿cuál es la verdad?” en una comparecencia de unos 10 minutos en la que explicó que lo sucedido “no es algo que pueda perdonar ni olvidar”. Ahí también tuvo palabras de agradecimiento para el gobierno de Ecuador, por concederle asilo político a pesar de “una intensa presión”, así como para su equipo legal y otras personas que lo han apoyado a lo largo de los años.

permitir la salida de Assange Mientras tanto, Ecuador instó al Reino Unido a que permitiera a Assange salir de forma segura del país. “Mi personal jurídico se ha puesto en contacto con las autoridades británicas y esperamos iniciar un diálogo sobre cuál será la mejor manera de avanzar”, añadió.

A pesar de la decisión de la fiscal sueca, la policía de Londres dijo que todavía está obligada a arrestarle si sale de la embajada ecuatoriana. En concreto, el Servicio de Policía Metropolitana (MPS, por sus siglas en inglés) dijo que Assange todavía se enfrenta al cargo de no querer entregarse a un tribunal, un delito punible con hasta un año de prisión o una multa. Sin embargo, las autoridades británicas no han comentado si han recibido una solicitud de extradición de EEUU, donde Assange podría ser juzgado.

El ministro de Asuntos Exteriores ecuatoriano, Guillaume Long, apuntó a que el Reino Unido debería ahora conceder a Assange una solución segura, ya que no hay una orden de detención europea contra él. “Ecuador da la bienvenida a la decisión de retirar los cargos”, agregó Long, criticando el tiempo que ha tardado Suecia en enviar un investigador a Londres para entrevistarle, lo cual calificó como “un retraso completamente innecesario”. Además, otra fuente del ministerio expuso cómo Ecuador había “cooperado plenamente con el sistema judicial sueco” y cómo a partir de ahora intensificará sus esfuerzos diplomáticos con Reino Unido para que Assange pueda “disfrutar de su asilo en Ecuador”.

Ahora muchos se preguntarán qué actitud tomará sobre el asunto el presidente estadounidense, Donald Trump. El director de la CIA, Mike Pompeo, el mismo que celebraba la existencia de Wikileaks durante la campaña presidencial, lo calificó recientemente como un “servicio de inteligencia hostil”, mientras que el fiscal general estadounidense, Jeff Sessions, puntualizó que procesar a Wikileaks era “una prioridad”.

El material más famoso de la información publicada por WikiLeaks fue la grabación de un helicóptero estadounidense disparando y matando a civiles iraquíes en 2007. La fuente de ese material fue la soldado Chelsea Manning, quien fue liberada después de siete años de prisión, pero ahora queda por ver cómo será el futuro de Assange.