EL CAIRO. Las autoridades de Egipto están centrando las labores de búsqueda de los restos del avión Airbus A320 de EgyptAir y las cajas negras en una área de cinco kilómetros en el mar Mediterráneo y han incorporado a las operaciones a un buque de la compañía francesa ALSEAMAR.
Según ha informado el responsable de investigación de accidentes aéreos de Egipto, Ayman al Moqadem, el buque galo, que está especializado en búsqueda submarina de restos, se sumará en las próximas horas a las labores de localización de las cajas negras de la aeronave.
Al Moqadem ha dicho que hay negociaciones en curso para contratar a una segunda empresa que participe en las labores de búsqueda de las cajas negras el Airbus A320.
El equipo de investigación ha recibido imágenes de radar y grabaciones de audio de Grecia que detallan la trayectoria del vuelo y la última conversación entre el piloto y la torre de control del tráfico aéreo griego, ha explicado Al Moqadem.
Los labores de búsqueda se desarrollan contra reloj, toda vez que las dos cajas negras de la aeronave tienen unos emisores que emitan una señal para su localización durante unos 30 días. Las dos cajas negras tienen información esencial para averiguar qué sucedio durante el vuelo.
ALSEAMAR, subsidiaria del grupo industrial francés Alcen, ha trabajado en anteriores ocasiones con las autoridades egipcias. En 2004, la empresa se incorporó a la búsqueda un avión Boeing B737 de la aerolínea Flash Air que se estrelló en el Mar Rojo cerca de Sharm el Sheij. La Agencia de Investigación y Análisis de Aviación Civil de Francia (BEA) participó en las investigaciones del siniestro por el elevado número de pasajeros franceses a bordo de esa aeronave.
ALSEAMAR utilizó un sistema adaptado de "boyas inteligentes" conectadas a dispositivos subacuáticos de escucha para encontrar el avión de Flash Air, que se quedó hundido a mil metros de profundidad. Se desconoce si podrá utilizar el mismo sistema de para buscar el avión de EgyptAir en unas aguas mucho más profundas en el mar Mediterráneo.
Se cree que las cajas negras del avión estarían a una profundidad de unos 3.000 metros, cerca del límite para escuchar y localizar señales emitidas por estos dispositivos.
Expertos en búsquedas marítimas sostienen que estas condiciones implican que los hidrófonos acústicos deberán ser llevados a unos 2.000 metros de profundidad para tener mayores posibilidades de localizar la aeronave.
Hasta hace poco tiempo, según fuentes del sector de la aviación, la Marina de Estados Unidos o su contratista privada Phoenix International eran consideradas como las únicas organizaciones con los equipos necesarios para buscar en la frecuencia correcta las señales de las cajas negras a tales profundidades.