Bruselas - La célula terrorista de Bruselas pretendía volver a atentar en Francia, pero ante el rápido progreso de las investigaciones decidió precipitar la acción y realizar un ataque en Bruselas, que finalmente se efectuó el 22 de marzo con el resultado de 32 víctimas mortales.
Así, la Fiscalía federal belga confirmó ayer que “numerosos elementos de la investigación indican que el objetivo del grupo terrorista era golpear de nuevo Francia”. El Ministerio público explicó en un comunicado que los terroristas, “sorprendidos por la investigación, que avanzaba a grandes pasos, finalmente tomaron la decisión urgente de atacar en Bruselas”.
Los terroristas efectuaron sendos ataques en el metro de la capital y en el aeropuerto de Bruselas-Zaventem cuatro días después de ser capturado en la capital belga Salah Abdeslam, presunto cerebro logístico de los atentados del 13 de noviembre en París.
Por otra parte, la Fiscalía informó de que un juez de instrucción inculpó ayer a Mohamed Abrini (ya imputado por el 13-N) de “participar en actividades de grupo terrorista, asesinatos terroristas y tentativas de asesinatos terroristas” en el marco de la investigación de los atentados del 22-M en Bruselas.
“El juez de instrucción especializado en materia de terrorismo ha puesto a Mohamed Abrini bajo mandato de arresto en el marco del expediente relativo a los atentados de Bruselas (en el metro) y de Zaventem (en el aeropuerto)”, indicó.
El juez ya impuso el sábado a Abrini, detenido el día anterior, los cargos de participación en actividades terroristas y asesinatos terroristas en relación con los atentados del pasado 13 de noviembre en París, por los que era buscado tras ser visto junto a Abdeslam en una gasolinera de camino a la capital gala dos días antes.
dejó su rastro Sus huellas y ADN se encontraron en el piso del distrito bruselense de Schaerbeek del que partió el comando que atentó contra el aeropuerto, así como en el automóvil que utilizaron los terroristas en los atentados de París. La Fiscalía también confirmó el sábado que Abrini es el tercer terrorista que huyó de los atentados en el aeropuerto de Bruselas-Zaventem, conocido como el hombre del sombrero.
En su declaración, Abrini reconoció estar presente en esos actos tras ser confrontado a los resultados de diversas evaluaciones de expertos. Además, confesó que se había deshecho de la chaqueta que llevaba en una papelera y que había “vendido” el sombrero.
Por otro lado, las cadenas RTBF y VTM recordaron que la Fiscalía no se basa solo en la declaración de Abrini para afirmar que es el sospechoso del sombrero, sino también en “evidencias científicas”.
La Policía belga sigue buscando la bolsa con la que se vio en unas imágenes captadas por una cámara de seguridad a Osama Krayem, idéntica a la que llevaba El Bakraoui, quien finalmente se inmoló en la parada de Maelbeek. Actualmente siguen buscando “activamente” esa bolsa, que podría contener explosivos, indicó la RTBF en su informativo.
Krayem, de nacionalidad sueca y detenido el viernes como sospechoso del 13-N, fue confirmado el sábado como el “segundo hombre del metro” y un juez de instrucción le inculpó de participar en actividades de un grupo terrorista y de asesinatos terroristas. Además, la VRT indica que los investigadores están buscando a una tercera persona que Abdeslam fue a recoger en coche a Ulm (Alemania) en septiembre pasado, un sospechoso que aún no ha sido localizado.
Sin embargo, ayer un experto en el mundo árabe y el islam escribió en la agencia Belga que la confesión de Mohamed Abrini a los investigadores sobre que él es el hombre del sombrero es considerada “poco realista”.
testimonio falso “Difícilmente puedo imaginar que alguien que ocupa tal lugar en Estado Islámico sea el hombre del sombrero”, indicó a la agencia Belga el analista Pieter Van Ostayen, quien cree que el sospechoso actuó así para proteger a otros miembros de la red terrorista.
Abrini explicó, según la Fiscalía, que tiró a la basura una chaqueta que llevaba ese día y que vendió el sombrero. En cambio, en opinión de Van Ostaeyen, “esto no corresponde con el modus operandi de Estado Islámico, algo que sigo desde hace años”, dijo.
“No puedo imaginarme que alguien con tal función en el seno de Estado Islámico vaya a declarar de golpe esto ocurrió así” señaló el analista, quien añade que “no me creo ni por un instante” que Abrini “vendiera” su sombrero. Por esta razón, considera que Abrini en su confesión está cubriendo y protegiendo a otros miembros de la red. - Efe
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