TOKIO. Japón fomenta el tráfico ilegal de marfil con una "legislación débil" que ha causado el incremento de la caza furtiva de elefantes en el mundo, según un estudio publicado hoy por la organización ecologista Enviromental Investigation Agency (EIA).

La organización denuncia que Japón registró como legales 5.500 colmillos de marfil desde 2011, cuatro veces más que en el año 2010, y señala que la actividad ilegal en torno a este material es "rampante" y el abuso al sistema de control nipón "generalizado".

El grupo ecologista británico llevó a cabo una investigación en 2015 por la que concluyó que el 80 por ciento de los comerciantes de marfil nipones contactados estuvieron de acuerdo en "comprar colmillos de origen ilícito o registrar piezas con información falsa".

Según EIA, Japón es el único país en el mundo en el que aumenta la demanda de marfil, utilizado para hacer sellos, palillos o figuritas, por lo que ha urgido al Gobierno nipón a prohibir su comercio doméstico e investigar los registros de colmillos de paquidermos desde 1995.

"El Ejecutivo nipón debe reconocer que su sistema de control de venta de marfil ha sido un fracaso total y debe prohibir su comercio interior al igual que hicieron Estados Unidos y China", apunta el informe.

Además, destaca que unos 100.000 elefantes fueron cazados de manera furtiva entre 2010 y 2012 en África con el objeto de comerciar con sus colmillos, una práctica prohibida desde 1989 por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES)

Unos 100.000 elefantes de África, el 20 por ciento de la población total de este animal en el continente, están amenazados con la desaparición en los próximos ocho años a causa de la caza furtiva y el comercio ilegal de marfil, según cálculos divulgados en 2013 por la Cumbre del Elefante Africano.