KATMANDÚ. El jefe del Gobierno nepalí ha apuntado, en una entrevista con la agencia Reuters, que su país necesita tiendas para las víctimas. "La gente está durmiendo a la intemperie bajo la lluvia", ha lamentado, al recordar que numerosas casas se han venido abajo o podrían no resistir una nueva réplica.
Asimismo, Koirala, que tiene previsto pronunciar un discurso a la nación este martes, ha advertido de que las labores de tratamiento y rehabilitación de los "más de 7.000 heridos" supondrán un "gran desafío" nacional y ha solicitado medicinas a la comunidad internacional.
Las autoridades nepalíes han elevado este martes por encima de 4.300 la cifra oficial de fallecidos por el seísmo de 7,9 que sacudió el sábado Nepal y varios países de la región.
Los cálculos de víctimas dados por el primer ministro sitúan a esta tragedia camino de superar el terremoto de 1934, cuando perdieron la vida 8.500 personas.