caracas - Claro y raspao. El lema del periódico venezolano Tal Cual los últimos 15 años encabezaba ayer el editorial de su última edición diaria. El medio impreso, uno de los pocos que quedan abiertamente críticos con el Gobierno de Nicolás Maduro, dejará de estar cada día en los kioscos venezolanos para pasar a convertirse en un semanario, que se publicará los viernes. “Esto no es una despedida. Para usar el lenguaje que tan de moda ha estado en estos tres lustros: es un repliegue táctico estratégico, un por ahora, como quien dice”, escribía ayer el humorista Laureano Márquez, en la portada del diario. Este espacio ha estado reservado durante años para el editorial de su fundador, Teodoro Petkoff, de 83 años, a quien no se le ha visto en los últimos meses por su delicado estado de salud.
Los trabajadores del diario denuncian haber sido víctimas “del cerco económico” al que les ha sometido el Gobierno chavista prácticamente desde su fundación. En el año 2000, Petkoff dirigía el periódico El Mundo; sin embargo, fue cuestión de tiempo que la Cadena Capriles, el grupo editorial más poderoso de Venezuela y dueño del diario, cediera a las presiones del entonces presidente Hugo Chávez y Petkoff se viera obligado a renunciar. Tres meses después fundó Tal Cual, un periódico de opinión “con espíritu crítico, agudo e incisivo”. Su seña de identidad ha sido siempre su fundador, uno de los opositores más visibles e influyentes de Venezuela.
“El problema es principalmente de viabilidad económica debido, entre otras cosas, al cerco económico al que nos ha sometido el Gobierno de Venezuela”, explicaba hace unas semanas a este periódico Xabier Coscojuela, jefe de redacción del periódico y que ahora lleva las riendas del proceso de transición hacia semanario. “No deja de sorprender que un medio tan pequeño constituya una amenaza tan grande para un gobierno con poder ilimitado. Eso solo tiene un nombre: miedo a las ideas y al debate plural. Uno a veces solo sabe que avanza cuando los perros ladran -y muerden-, Sancho. Somos una referencia nacional e internacional de equilibrio y probablemente tenemos también el récord más grande en multas, demandas y sanciones. Cada una de ellas es como una condecoración recibida en la batalla por la libertad de expresión en Venezuela”, señalaba Márquez. Además de la edición impresa semanal, Tal Cual mantendrá su actividad en la web. Sin embargo, la plantilla se reducirá un 75%. “Aquí nadie está amargado: nos encanta quedarnos sin trabajo, porque tendremos más tiempo para hacer cola en los supermercados”, ironizaba el humorista.
Libertad de expresión En un comunicado, los directivos del periódico dejaban claro que “‘Tal Cual’ no tiene intención de cerrar sus puertas”. “La complejidad de la circunstancia no ha atemperado el compromiso de este proyecto con Venezuela, con la libertad de información, el espíritu crítico, el progresismo, la justicia social y la democracia (...) ‘Tal Cual’ no va a abandonar a sus lectores. Muchísimo menos en esta hora trágica”, señala el texto. “El objetivo de ‘Tal Cual’ será el de siempre: hablarle al país Claro y Raspao”, concluye.
Venezuela atraviesa uno de los momentos más críticos de los últimos 15 años, con una aguda crisis económica y una tensión social que se ha disparado esta semana con la muerte de Kluiverth Roa Núñez, un adolescente de 14 años tiroteado por un agente de la Policía Nacional Bolivariana durante una protesta en San Cristóbal, en el Estado de Táchira. La situación de los medios no es mejor. El cierre de RCTV en 2007 provocó intensas protestas en todo el país y fue visto como una advertencia de lo que le que ocurriría a aquellos medios que no se plegaran al Gobierno. “Coincidía en esa época que también se le vencía la licencia de concesión a Venevisión. Sin embargo, ese canal sí tomó medidas para que su información fuera del agrado del Gobierno y a ellos se les renovó la concesión”, recuerda Coscojuela. Sin embargo, Globovisión, el canal más crítico con el Gobierno, fue comprado por empresarios cercanos al chavismo.
La falta de anunciantes y, sobre todo de papel, ha obligado también a varios medios impresos a pasar de manos. Es el caso de El Universal, vendido el año pasado a una empresa española de la que nadie conoce nada y a la que acusan de “tapadera del chavismo”. Alex Saldaña, actual subdirector del Diari de Tarragona, trabajó durante ocho años en el diario venzolano. “A raíz de la venta echaron a mucha gente de opinión. Ahora hay una autocensura terrible. En la portada del miércoles, la noticia del joven de Táchira era apenas un sumario y la foto de portada era un ministro plantando un árbol”, ilustra Saldaña. Un caso similar es el de la Cadena Capriles, ahora en manos de allegados al Gobierno.
Como despedida, Laureano Márquez decía ayer: “Queremos vida buena y abundante para todos, trabajo y futuro. Hay reservas probadas y probables de inteligencia en esta tierra, al punto de que es hoy día nuestro principal producto de exportación. Ánimo compatriotas, que nunca es más oscura la noche que cuando está a punto de amanecer”.