UCRANIA. Cada cierto tiempo, como ha podido comprobar hoy Efe, del Ayuntamiento salen columnas de milicianos al trote, ejercicios de instrucción destinados a mantener en alerta a los efectivos de la autoproclamada república popular de Donetsk.

Ante el avance de la Guardia Nacional en las localidades de Slaviansk y Kramatorsk, los insurgentes declararon la movilización general en Donetsk, epicentro de la sublevación contra el Gobierno central desde hace casi un mes.

Los ánimos están encrespados tras la muerte de más de 40 prorrusos en un incendio ocurrido el viernes en la ciudad de Odessa (sur), por lo que las banderas rusas y separatistas que ondean frente al Ayuntamiento llevan crespones negros.

Durante la madrugada los prorrusos asaltaron la sede del Servicio de Seguridad de Ucrania, pero lo abandonaron poco después, en lo que pareció más que nada una demostración de fuerza.

En un intento de impedir que espías a sueldo de Kiev entren en la ciudad, los reporteros deben obtener una acreditación especial tanto para grabar como para cruzar los numerosos puestos de control que rodean la ciudad.

Además, la población está preocupada por la posibilidad de que Kiev restablezca el servicio militar obligatorio como anunció el presidente interino, Alexandr Turchínov, a lo que se oponen terminantemente los habitantes de Donetsk.

"Si restablecen el reclutamiento obligatorio, entonces tendríamos que enviar a nuestros hijos a vivir a Rusia para evitar que sirvan en el Ejército ucraniano", aseguró a Efe Serguéi, un taxista.

Mientras, los megáfonos del Ayuntamiento interrumpen la música para emitir noticias sobe la situación en otras ciudades rebeldes de Donetsk.