áfrica Subsahariana va a contracorriente y, a pesar de la desaceleración económica mundial de 2012, la región mantuvo el año pasado el espectacular crecimiento económico que viene registrando la última década. Y las perspectivas a corto plazo indican que continuará por esta senda. Ahora, el continente se encuentra ante el reto de transformar ese crecimiento en desarrollo. Según un informe del Banco Mundial, África Subsahariana creció un 4,7% el año pasado. Excluyendo Sudáfrica, la mayor economía de la región y uno de los países emergentes del mundo, los países restantes crecieron a un fuerte 5,8%, superior al promedio de los países en desarrollo (4,9%). El análisis muestra que uno de cada cuatro países africanos registró un crecimiento de 7% o más. A la cabeza de la región, y del mundo, estuvieron Sierra Leona, Níger, Costa de Marfil, Liberia, Etiopía, Burkina Faso y Ruanda.

El documento prevé que los próximos años serán similares para la región y, al menos hasta 2015, registrará un crecimiento superior al 5%; por de pronto, para este año se espera que crezca 5,6%. En este sentido, un informe de la revista The Economist estima que, entre 2011 y 2015, siete de las diez economías del mundo que más verán aumentar su PIB serán africanas (Etiopía, Mozambique, Tanzania, Congo, Ghana, Zambia y Nigeria). Los expertos explican esta buenísima coyuntura económica en varios factores: la demanda externa de recursos naturales (petróleo y minerales) y materias primas por parte de países emergentes, especialmente China e India; la mejora de las infraestructuras tras los conflictos que asolaron la región, una mayor estabilidad y la implementación de reformas estructurales por parte de los gobiernos.

"El factor principal ha sido que a partir de las independencias y después de algunos años de conflictos, los gobiernos empezaron a implementar políticas económicas adecuadas, han puesto en marcha códigos de inversiones y reformas jurídicas de la administración para asegurar las inversiones. También ha habido mucha mejora de las infraestructuras, de puertos, del sistema aduanero, lo que hace que haya más exportaciones, importaciones e inversiones", explica Ico Sánchez-Pinto, jefa del área económica de Casa África. El crecimiento de la última década se refleja en mejoras en el mapa macroeconómico, en la estabilidad política de los distintos países y en el clima de los negocios.

Asia está apostando fuerte por el continente africano, especialmente las dos principales economías, China e India, pero también Corea, Malasia y Turquía. El gigante asiático se abastece hoy en día en África de cobre, estaño, bauxita, hierro, coltán y madera, pero sobre todo de petróleo. "De mucho petróleo", matiza Sánchez-Pinto. A cambio, China construye en la región carreteras, puentes, ferrocarriles, aeropuertos y estadios. El intercambio comercial alcanzó el año pasado los 198.000 millones de dólares, un 19,3% más que en 2011.

África Subsahariana se ha convertido en un lugar atractivo para hacer negocios. Brasil también se ha dado cuenta y su presencia en el continente es cada vez mayor. De momento Angola es su principal socio; allí, las empresas brasileñas Oderbrecht, gigante de la construcción, Petrobras y Vale, la segunda compañía minera más grande del mundo, se han hecho ya un importante hueco. África pone los recursos naturales y Brasil su industria y tecnología, también en el sector agrícola.

El oro negro La demanda de petróleo ha supuesto para los países con reservas el principal motor de sus economías. A las naciones petroleras tradicionales, Angola y Nigeria, se ha sumado en los últimos tiempos Ghana, cuyas exportaciones de gas, petróleo y oro hicieron crecer su economía un 14,4% en 2011. Este país está en un selecto grupo muy valorado en el exterior por sus reformas políticas, jurídicas, su estabilidad o la diversificación de su economía. Los otros serían Etiopía, Ruanda y Bostwana. "Ruanda está en el bloque a pesar de sus graves problemas éticos y de un régimen que no se considera perfecto, pero es uno de los más estables y se pone como ejemplo de paridad en el gobierno y en las empresas; es un país que se ha modernizado mucho en poco tiempo", explica Sánchez-Pinto.

Ghana fue el primer país de África Subsahariana en alcanzar la independencia, en 1957, no ha pasado por guerras civiles y, en estos momentos, es la segunda economía de África Occidental tras Nigeria. Es una de las que más va a crecer en los próximo años y China también le ha puesto el ojo. En 2011, el Parlamento del país aprobó un préstamo de 3.000 millones de dólares de China Development Bank, que servirá para financiar las necesidades de infraestructura de la nación africana.

Guinea Ecuatorial es otro de los países petroleros. Hoy en día es el cuarto productor de petróleo de África Subsahariana, sin embargo, no se puede decir que Guinea Ecuatorial entre en la categoría de países estrella, debido al régimen autoritario de Teodoro Obiang.

Pero en el continente no solo abunda el petróleo. Los recientes hallazgos de las compañías extranjeras -la italiana Eni, la americana Anadarko, la noruega Statoil o la portuguesa Galp- han convertido el Este de África (Mozambique y Tanzania, principalmente) en la última región gasista del mundo. Los yacimientos son enormes. Solo el de Rovuma-1 de Mozambique tiene más reservas de gas natural que Libia. La producción comenzará en 2018. El país no quiere volver al periodo colonial y perder la gestión de sus recursos, aunque de momento no cuenta ni con la infraestructura ni el personal necesario. Mozambique necesita inversión y socios.

la paradoja Esta nación del este de África es un buen ejemplo de la paradoja de la actual situación en el continente: ha sido la economía africana no petrolera que más ha crecido en los últimos quince años (a un ritmo de 8% anual), pero la mitad de la población vive con menos de medio dólar al día y ocupa el tercer puesto por la cola en Índice de Desarrollo Humano, con una expectativa de vida de 50 años y un PIB per cápita de 898 dólares.

"Hay estadísticas que demuestran que, en la última década, África ha mejorado; por ejemplo, tres de cada cuatro africanos tienen móvil; el número de alumnos inscritos en secundaria se ha incrementado un 50%; las muertes por malaria han decrecido un 30%; las infecciones por VIH, un 74%; se ha incrementado un 10% la esperanza de vida. Hay muchos datos que apuntan a que algunos objetivos del milenio no se van a alcanzar en 2015, pero que se van a quedar cerca. También ha mejorado el acceso al agua en las ciudades, pero no es paralelo el incremento del desarrollo humano y desarrollo social con el desarrollo económico, la renta per cápita no es per cápita", explica Sánchez-Pinto.

África ha logrado progresos en la última década, sobre todo a partir de la proclamación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero los desafíos son aún enormes y la ONU ha alertado del ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres. Según el informe del Banco Mundial, el porcentaje de personas que vive con menos de 1,25 dólares al día ha disminuido del 58% en 1996 a 48,5% en 2010. El documento apunta que los avances logrados en los últimos diez años, cuando el crecimiento repuntó, han sido impresionantes. El Pnud -el Programa de la ONU para el desarrollo- no es tan optimista. En su informe presentado el pasado marzo sobre desarrollo humano alerta que un tercio de la población africana sufre hambre crónica y malnutrición y pide una política agraria eficiente para erradicar este mal.

África cuenta con extensas tierras y es rica en materias primas agrícolas, con lo que podría alcanzar la seguridad alimentaria. "Se está hablando mucho y con mucho entusiasmo de una emergente clase media africana, pero realmente es una clase media de unos 300 millones de personas que cobran entre dos y veinte dólares diarios; el 60% no llega a los seis dólares diarios", analiza Sánchez Pinto.

El momento actual de África, un continente en crecimiento tanto económico como demográfico, es un gran potencial para los inversores pero también una gran oportunidad para dejar atrás los males que han azotado el continente durante décadas. Los grandes obstáculos: regímenes autoritarios que aún persisten, inseguridad y la extensa corrupción. "Senegal, Namibia, Botsuana, Ghana, son países que han logrado una gobernanza democrática, pero hace falta que esto se traduzca a todos los países", concluye.