Johannesburgo. El expresidente sudafricano Nelson Mandela siguió ayer hospitalizado por segundo día consecutivo sin que el Gobierno de Sudáfrica divulgara novedad alguna sobre su salud, en una jornada en la que el país rezó por su rápida recuperación y se prepara para un fatal desenlace. Mandela ingresó en un hospital de Pretoria "en estado grave pero estable" por la recaída de una infección pulmonar, que desde entonces no ha divulgado una palabra sobre la salud del exmandatario. El portavoz de la Presidencia, Mac Maharaj, precisó que Mandela, de 94 años, respira por sí mismo, lo que consideró una "buena señal". Se esperaba que la Presidencia emitiera ayer por la tarde un comunicado sobre la salud del expresidente, si bien Maharaj indicó que no disponen de la información de los médicos.
Entretanto, muchos sudafricanos aprovecharon ayer los servicios religiosos dominicales en las iglesias para rezar por su venerado héroe, que luchó contra el régimen de segregación racial del apartheid, impuesto por la minoría blanca del país hasta 1994. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, ya pidió a sus compatriotas que dedicaran sus oraciones a Madiba, como se conoce popularmente en su país al exgobernante.
"Nuestro presidente Madiba debe recuperarse rápidamente. Nosotros también debemos rezar por él", dijo un emocionado Zuma, citado por el diario sudafricano City Press, en una reunión de miembros de su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA). Aunque el Gobierno no ha concretado el centro médico que atiende a Mandela, numerosos periodistas seguían ayer concentrados a las puertas de un hospital en Pretoria en el que se sospecha que está Mandela, para comprobar qué vehículos entran y salen del edificio. Ante la casa de Mandela en el barrio de Houghton, en Johannesburgo, también acampó un nutrido grupo de reporteros sudafricanos e internacionales ávidos de noticias, aunque el día se caracterizó por la escasa actividad y la ausencia de visitas oficiales, según los medios sudafricanos. Frente a la vivienda, numerosos conductores redujeron a lo largo de la jornada la marcha de sus vehículos para dejar mensajes de apoyo a Mandela en una zona ajardinada, en la que también se depositaron piedras de colores con dedicatorias cariñosas, como dos hermanas de 7 y 4 años, que acudieron a la casa con su padre para revisar varias piedras que habían dejado, y gritaron: "¡Ponte bien pronto, Madiba!".