La distancia entre el asfalto y tu coche la llenan cuatro neumáticos que son fundamentales para tu seguridad en la carretera y tu comodidad mientras conduces. Si bien es cierto que son uno de los elementos que con mayor facilidad se desgastan, esto no implica que no puedas cuidarlos para alargar su vida útil y sacar el mayor provecho de ellos.

La presión de las ruedas debe ser la indicada por el fabricante. En general la presión suele ser 2,5 bares, pero se trata de una cifra genérica que varía en función del modelo, si son ruedas traseras o delanteras y de otros aspectos que influyen en la marcha como, por ejemplo, si el coche va muy cargado o medio vacío.

Las llantas desinfladas se desgastan con mayor rapidez y se deforman más durante los giros, suponiendo un mayor esfuerzo para el motor y reduciendo la eficiencia del combustible. Por otra parte, los neumáticos inflados en exceso son más propensos a sufrir pinchazos y daños en carreteras irregulares.

Evitar vibraciones

La alineación y el equilibrio del coche afectan directamente al desgaste de las ruedas, por eso es importante verificar que tu automóvil está centrado y no produzca vibraciones mientras conduces, de ser así, una visita express al taller alargará la vida de tus neumáticos.

Para garantizar el mayor provecho de las ruedas, es importante elegir las más adecuadas para tu coche, no solo las más duraderas sino también las que presentan un mejor desempeño. Según una lista presentada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las marcas Continental, Dunlop y Goodyear ofrecen mayor durabilidad y mejor fiabilidad.

Además de los cuidados que hemos mencionado, no está de más recordar que los buenos hábitos de conducción (repetar las señales de tráfico, cumplir con las velocidades establecidas...) son imprescindibles para mantener tu coche en perfecto estado y obtener de él, el mejor rendimiento.