Aunque para celebrar el día del libro la fecha designada es el 23 de abril de cada año, no cabe duda de que septiembre es el mes por excelencia para catar las novedades que nos ofrece un mercado rebosante estos días. La catarata de presentaciones y lanzamientos ya ha comenzado y solo en las fechas más comerciales el nivel de ventas se iguala con el actual. Para los devoradores de libros, se trata de un mes problemático porque no sabe uno por dónde empezar y qué ejemplares ir acometiendo, ya que, normalmente, se suelen acumular novedades de algunos de nuestros escritores predilectos –en mi caso, por delante tengo lo último de Arturo Pérez-Reverte y a Ken Follett como prioridades absolutas de adquisición, aunque antes tendré que finiquitar la última lectura pendiente que me queda del verano– y también de otros que se pretenden descubrir. Bendito problema el nuestro. Como los que pertenecemos al club de lectura no necesitamos empujón alguno –que nos frenen, más bien–, estas líneas las aprovecho para aquellos que no tienen la costumbre de acercarse a un libro, sobre todo a quienes tienen hijos en casa y a los que pueda servir de ejemplo. Anímense, busquen algo que les pueda encajar en sus gustos y pónganse a disfrutar.
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