Hace unos meses, y creo que lo conté por aquí, ya nos avisó nuestro querido escanciador de café y otras sustancias que no nos subía el precio de las cosas en plena escalada del gas, luz, pan y todo lo demás porque estaba esperando a que llegasen fiestas para hacer su particular actualización. El que avisa no es traidor. Así que el pasado lunes, aprovechando que había además unos cuantos almuerzos previstos, en nuestro amado templo del cortado mañanero se puso el trabuco encima de la barra. Estamos en nivel festival veraniego, oiga. Y esto no tiene pinta de que vaya a ir marcha atrás, así que dos de los viejillos que suelen alimentar la panza todas las mañanas en el local ya han preguntado si se pueden traer los huevos fritos desde casa y solo pagar la txistorra, por aquello de no fundirse la pensión en poco más de una semana. Donde antes las vueltas eran un par de céntimos y se decía, venga, para tu castillo en Torrevieja y había unas risas, ahora la frase es venga, devuélveme todo, que te estás haciendo rico a nuestra costa. Tenemos a alguno de los venerables que ha preguntado la posibilidad de habilitar una línea de crédito, pero lo han mandado a esparragar. Lo malo de todo esto es que el dueño sabe que, por mucho que nos quejemos, vamos a volver mañana.