e vuelto renovada. Me he ido con cuatro amigas de la cuadrilla a Madrid de fin de semana y puedo decir que ha sido el mejor plan que he hecho en lo que llevamos de año. Era la primera vez que pasaba el fin de semana sin mi hija y, sinceramente, pensaba que lo iba a llevar peor. Las pocas veces que he hecho un plan sin ella, me ha costado desconectar y no he acabado por pasármelo del todo bien. Esta vez ha sido diferente. Necesitaba tomarme un momento para mí, alejada de los pañales, de las rabietas y de las preocupaciones tan comunes en la maternidad. Me ha costado poco, aunque creo que todavía no había estado tan necesitada de desconectar como esta vez. Sin quitar mérito a la compañía que he tenido, sin ellas me hubiese costado el doble. Hemos disfrutado como nunca, hemos llorado, reído, abrazado, besado y bailado. No puedo pedir más. He afirmado también que no necesito echar de menos a mi familia, tampoco perderles de vista. Solo necesito recordarme quién soy para volver a interpretar con energía renovada este papel que he elegido voluntariamente en mi vida: ser ama. El día a día es duro y nadie tiene una paciencia infinita, así que es importante que aprendamos a resetear. Eskerrik asko neskak! Con vosotras todo es un poquito más fácil.
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