Estrena Mikel Landa en la Vuelta nuevo maillot. La imagen de un Tiranosaurio Rex (uno de los productos de la marca Soudal) conquista la vestimenta. La bestia muerde, pero Landa sonríe. Después de un gran Tour, sereno y confiado, pero con las dudas de saber si podrá alcanzar la forma exhibida en la Grande Boucle, iniciará el asalto del podio de la Vuelta. Ese es su objetivo. “Tengo una oportunidad y quiero aprovecharla”, señala el de Murgia en la antesala de la Vuelta que arranca mañana con un contrarreloj en Lisboa.

Completó un gran Tour. Hacer quinto tras los tres fenómenos (Pogacar, Vingegaard y Evenepoel) es un logro. El cuarto fue Almeida. Otro gran corredor.

Sí, en el Tour estuve muy bien. Y siempre te comparas con ese estado de forma que tuve para sentirte igual. No es fácil estar así. He estado ahí delante. Con los años es algo que lo valoras más. 

Tiene 34 años y continúa plenamente vigente. En el Tour, los que estuvieron por delante de usted pertenecen a otra generación.

Con los que estaba peleando hace siete u ocho años se han ido apartando: Bardet, Pinot, Nairo, Dumoulin... Pasa el tiempo y yo me mantengo más o menos igual. Es algo que valoro.

¿Qué observa en las nuevas generaciones?

Ves lo buenos que son y lo ambiciosos que son. Siempre quieren mejorar. Otros hemos sido más conformistas.

“Veo a Roglic con un punto por encima del resto. Ha ganado tres Vueltas y creo que llega muy bien. También están Kuss, Almeida o Yates”

¿Considera que es una cuestión de carácter?

Eso tiene que ver con el carácter de uno mismo pero también con los rivales de cada generación. Unos se alimentan de otros. Uno obliga al otro a mejorar. Es lo que hemos visto con Pogacar y Vingegaard. Este Pogacar tal vez no lo hubiésemos visto sin Vingegaard. 

En el Tour ayudó a Evenepoel, pero en la Vuelta será el líder de su equipo. ¿Cómo llega a la Vuelta?

Tengo la cabeza muy tranquila. En ese aspecto no hay problema. En el Tour las cosas me salieron muy bien. Mi idea era ayudar a Remco y levantar el pie para llegar a la Vuelta más fresco, pero al final me vi delante y apreté todos los días. Exprimí el cuerpo. De cualquier forma he hecho dos grandes otros años y espero aguantar. Si sale bien, bien, y si no, también. A la carrera llego con ganas, pero con un poco de incertidumbre después del Tour porque descansas bastante y luego te tienes que reactivar. En la Clásica de Donostia me costó encontrar ritmo y de ahí las dudas, pero estoy con confianza.

Alrededor suyo siempre ha habido grandes expectativas. ¿Cómo lo lleva?

Lo llevo bien. La gente se anima y se motiva conmigo. Cuando resurges un poco la gente se viene arriba. Me gusta que me animen, pero ya se sabe; hay palabras buenas y palabras malas. Eso siempre está ahí. Cuando llega alguna palabra buena siempre gusta.

¿Le duelen las críticas?

No hay que quedarse solo con lo bueno. Hay que darle valor a las alabanzas y a las críticas. Si solo le das importancia a lo bueno serías estúpido. Es importante tener los pies en el suelo.

¿Cuál es su objetivo para la Vuelta?

Tengo la ilusión de pelear por el podio, pero también soy consciente de que la participación de la carrera es muy buena y lo veo difícil. En cualquier caso buscaré alguna etapa y el podio. Saldré con la idea de pelear por el podio. Después de la primera semana veremos en dónde puedo estar. Eso marcará de algún modo si sigo centrado en el podio o en buscar una etapa. Llevo tiempo sin ganar y me haría ilusión hacerlo. Lo que tengo claro es que no quiero estar peleando por un décimo puesto y dejar de lado una etapa. Llego a la Vuelta a disfrutar. Tengo una buena oportunidad e intentaré aprovecharla.

Usted mira al podio. ¿Cuáles son sus rivales?

A priori es una Vuelta más abierta e igualada que otras veces, pero veo a Roglic con un punto por encima del resto. Ha ganado tres Vueltas y creo que llega muy bien. Es el favorito número uno. En mi caso creo que estoy en el grupo de los cinco favoritos. En las grandes me suelo mover ahí y veo que puedo estar arriba. Además de Roglic están Kuss, Almeida y Yates, que son de los favoritos. También está Carlos Rodríguez o Carapaz. Hay muchos favoritos.

La Vuelta comienza con una crono de 12 kilómetros. No es lo que más le gusta.

Sí, es una crono corta, prácticamente llana. En ese sentido solo espero que pase rápido y no perder demasiado tiempo. Espero que las diferencias no superen el minuto.

“El calor me preocupa. Vamos a correr con temperaturas cercanas a 40 grados. Un calor como el de la Vuelta no se pasa en ninguna carrera”

La carrera se cerrará con otra contrarreloj de casi 25 kilómetros por Madrid.

No será fácil. Son 25 kilómetros. Da para mucho. Depende de cómo sean las diferencias con el rival más directo tocará apretar y mucho. Va a ser muy duro.

En cualquier caso, la montaña aparece rápido. El cuarto día, primera llegada en alto. Una buena noticia para usted.

Será el primer test y siempre existen los nervios de cómo responderá el cuerpo ante ese examen. Pero siempre es mejor un final en alto que etapas al esprint. Eso ayuda a que haya menos tensión y a que la gente vaya priorizando dónde gastar las energías. Habrá menos presión.

Mikel Landa, durante la Itzulia. Naikereo /Itzulia

Una vuelta marcada por la montaña

La Vuelta está marcada por la montaña. Es el escenario perfecto para sus características.

Sí, sí. No me voy a quejar. En la primera semana hay dos llegadas duras, con subidas largas, pero tiene un par de ellas con finales más explosivos que habrá que salvar. A partir de Galicia llegará más nuestro terreno. Prefiero la montaña dura, con etapas más largas, de desgaste. Que la gente llegue más tocada al final.

Las montañas no cesan.

Sí, después de Galicia tenemos Ancares, Cuitu Negru y Lagos en Asturias. Son llegadas en alto muy duras y muy decisivas. En buena medida ahí se decidirá buena parte de la Vuelta. Eso sí, tampoco hay que olvidar la penúltima etapa con salida en Villarcayo y llegada en el Picón Blanco. Será una etapa muy dura y es justo al final, donde la fatiga marca mucho.

Usted ganó en el Picón Blanco.

Sí, es una montaña dura, que se sube después de una etapa que se antoja muy exigente. Puede ser un día en el que haya un vuelco en la Vuelta. Es una etapa en la que puede haber sorpresas y estrategias. Hay terreno para ello.

¿Dónde cree que estará el nudo de la Vuelta?

Creo que puede marcar bastante el primer bloque de competición porque hay una contrarreloj, con dos finales en repechos, en puertos explosivos. Empezarán a contar las bonificaciones y caerán las primeras diferencias. A partir de ahí veremos qué actitud toman unos y otros. La gente empezará a pensar qué hacer. Creo que el inicio de la Vuelta va a ser muy importante. Seguro que algunos defenderán las rentas.

Además de la dureza del recorrido del comienzo, existe un factor no precisamente menor en esa primera semana. Con la Vuelta en Extremadura y Andalucía el calor puede ser el peor enemigo.

El calor es un factor al que le tengo mucho respeto. A ver cómo responde el cuerpo, pero sabemos que vamos a correr con temperaturas cercanas a los 40 grados.

En Francia, en el Tour, también es famosa la canícula. ¿Es más duro el calor de la Vuelta?

Son calores diferentes. No tiene nada que ver. En el Tour hemos tenido dos o tres días de calor, calor. Lo que pasa es que todo tiene mucho más eco. Pero un calor como el de la Vuelta no se pasa en ninguna carrera. Se sufre mucho.