Estrenamos esta sección de espeleología por el patio de vecindad llamado X –ya no hace falta decir que antes era Twitter– con media sonrisa ante ciertas incoherencias entre dichos y hechos.
#FashionVenezuela
Ernai, glamur pro Maduro
La juventud alegre y combativa ya no es lo que era. Desde Caracas con amor, un dirigente de Ernai –mocedades de Sortu– daba cuenta de su presencia en los dominios de Maduro para celebrar el aniversario de las juventudes del Partido Socialista del lugar. Terminaba su alocución lanzando un ¡viva! entusiasta a la “revolución bolivariana”.
Lo hacía ataviado con un polo de Fred Perry (100 euros; 80 en rebajas) que no pasó desapercibido para los comentaristas del apunte. Pijoabertzale era el calificativo más común, junto a reflexiones como esta firmada por uno de los apostilladores: “El socialismo bolivariano es tan bueno que, con el dinero que te ha costado ese polo, vive durante un año una familia venezolana”.
#MadridSingular
Ayuso y la libertad
El diario de las tres primeras letras del alfabeto montó ayer un desayuno a mayor gloria de la emperatriz de Sol, Isabel Díaz Ayuso. Además de defender su ocurrencia de crear un centro de atención para hombres víctimas de agresiones sexuales, de batir su propio récord de echar espumarajos contra el malvado PerroXanse y de erigirse en bastión del antimadurismo fetén, la lideresa de la diestra desacomplejada clamó que “la ‘singularidad’ de Madrid es la libertad”. Sin rubor.
#PabloNoOlvida
Iglesias señala a Díaz
Pablo Iglesias tiene mucha memoria y un resentimiento que tiende a infinito. Quien se la hace al fundador de Podemos y líder indiscutible de los morados se la paga.
Entre las varias dianas de su inquina perenne destaca la persona a la que él mismo designó como sucesora, Yolanda Díaz. Cada vez que tiene oportunidad, el ahora director de DiarioRed le atiza un par de soplamocos. Ayer, por ejemplo, le dedicó el bilioso editorial de su medio, acusándola de aferrarse al poder a toda costa.
#YoSigo
Sánchez no tira la toalla
Como ven en el post adjunto, Pedro Sánchez se dejó aplaudir a modo por su camarilla más cercana. Fue en un encuentro celebrado en el Congreso con diputados, senadores y europarlamentarios de partido que dirige con mano de hierro.
En realidad, fue un acto de autoafirmación para difundir urbi et orbi su intención de seguir durmiendo en la Moncloa hasta el último día de la legislatura a la que le quedan todavía tres años. No lo hace por él, sino por el bien de los súbditos del reino de España, a los que quiere librar de “la ola ultra”. Ya. l