- Por fortuna para los perpetradores del infame pasteleo que es el reparto de cromos con toga para el Tribunal Constitucional, el común de los votantes apenas se entera del vergonzoso y vergonzante trámite que supone el paso de los candidatos por el Congreso de los Diputados. En esas comparecencias de sus señorías ante los representantes de los partidos que los han propuesto y los que hacen de convidados de piedra queda de manifiesto la bochornosa componenda que llevará a los elegidos a tomar las decisiones más cruciales de lo que, con un par, sigue autoproclamándose Estado de Derecho. Ayer mismo tuvo lugar la última representación de este guiñol en la pomposamente llamada Comisión de Nombramientos de la cámara baja. Les hago un espóiler que no lo es: los cuatro aspirantes propuestos por PSOE y PP a razón de dos por cabeza obtuvieron el plácet de sus señorías. Qué sorpresa, ¿eh?
- Habrá que citar como circunstancia más allá de lo anecdótico que los representantes de PNV, EH Bildu y ERC prefirieron no participar en la función. Sí estuvieron de inicio Vox y Ciudadanos, aunque solo para que las cámaras y los micrófonos captaran a sus portavoces denunciando lo que llamaron "teatrillo", ya ven que todos los sinónimos se nos van por las artes escénicas. En el mejor de los casos, la protesta tanto de los habituales apoyos del gobierno como de las fuerzas de oposición se quedó en ejercicio del derecho al pataleo. Lo que va a misa, o sea, al BOE, es que el bipartidismo rancio se ha vuelto a hacer presente en la subasta de magistrados afines. Y eso, ojo, se lo traga Unidas Podemos, que ayer hizo todo lo que pudo por ponerse de perfil en esta cuestión. Bien es verdad que los focos estaban dirigidos hacia el otro paripé, el acuerdo sobre la derogación de la reforma laboral, donde teóricamente los verdimorados han salido ganando.
- Claro que lo más chusco de la jornada, donde se demostró la engañifa en todo su esplendor, fue la ácida intervención del diputado Odón Elorza poniendo verde al aspirante Enrique Arnaldo. El verso suelto oficial del socialismo desplegó todos los trapos sucios acreditados por el fulano y llegó a poner en duda su imparcialidad. Todo muy digno, si no fuera porque a la hora de la verdad el tal Arnaldo y los otros tres obtuvieron en votación ponderada 242 síes, 12 abstenciones y ningún no. Resumiendo, que a la ciudadanía nos han vuelto a colar un gol por la escuadra. Aunque parezca imposible, el nuevo Tribunal Constitucional está más escorado a la derecha que el anterior.