La noticia más relevante que DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha dado a lo largo de sus veinte años de vida fue, sin duda, el anuncio del fin de ETA el 20 de octubre de 2011. Ese día, la banda terrorista ponía punto final a su terrorífica existencia –aún quedarían capítulos de menor enjundia por delante, con su desarme y la certificación de su disolución– y liberaba de su yugo al pueblo vasco y a todas aquellas personas que estaban amenazadas por su presencia.
Eso sí, en los albores de su existencia y cuando su desaparición sin condiciones era ya la única salida viable, aún el proceso se alargó en el tiempo con altos el fuego, treguas y regresos a la barbarie de los asesinatos, que se llevaron por delante la vida de otra docena de personas en los atentados perpetrados entre 2008 y 2010.
Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate (atentado en la T4 el 30 de diciembre de 2006); Raúl Centeno y Fernando Trapero (tiroteados en Capbreton el 1 de diciembre de 2007); Isaías Carrasco (tiroteado en Mondragón el 7 de marzo de 2008); Juan Manuel Piñuel (furgoneta bomba en Legutio el 14 de mayo de 2008); Luis Conde (bomba en Santoña el 22 de septiembre de 2008); Ignacio Uría (tiroteado en Azpeitia el 3 de diciembre de 2008); Eduardo Antonio Puelles (bomba en su coche en Arrigorriaga el 19 de junio de 2009); Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá (atentado en Palma Nova el 30 de julio de 2009); y Jean-Serge Nérin (asesinado mientras perseguía a unos etarras en Dammarie-les-Lys el 16 de marzo de 2010) fueron las doce personas asesinadas por ETA desde que DNA viera la luz.
Los últimos episodios del terror en forma de asesinatos –se produjeron más tentativas infructuosas que dejaron muchos heridos pero no más muertos– dieron paso al anuncio del alto el fuego de septiembre de 2010, que en enero de 2011 se convertiría en “permanente, general y verificable por observadores internacionales”.
La Conferencia de Paz de Aiete del 17 de octubre de 2011 fue el preámbulo al anuncio del cese definitivo de la actividad armada de ETA, que llegaría tres días después, con un “compromiso claro, firme y definitivo de superar la confrontación armada”.
El cese de la actividad terrorista era ya una realidad, pero quedaba todavía pendiente el desarme, que se llevó a cabo en abril de 2017, y la disolución de todas sus estructuras, con un anuncio que el 3 de mayo de 2018 daba por terminado el “ciclo histórico” de ETA poniendo fin a 59 años de existencia, con un trágico saldo de 854 asesinados por el terrorismo y consolidando de esta manera el ciclo de paz que desde entonces reina en Euskadi.