Desde su taller de Bilbao diseña y elabora bolsos y complementos artesanales bajo la marca comercial Otrora. Licenciada en Derecho y Graduada en Comercio Exterior, la vizcaina Elsa Garrido Núñez (Ermua, 1974) ha sido una persona muy inquieta y creativa desde pequeña.
Siempre le han gustado todas las manualidades y en especial la costura y el reciclaje. “Mi madre se pasaba horas cosiendo en casa, haciéndose ropa para ella y para mis dos hermanas y yo, así que por casa siempre había retales con los que trastear. De pequeña, recuerdo hacer ropa para las muñecas y aprovechar trapos viejos para hacer carteritas, arreglar o customizar ropa”, cuenta.
Ya de mayor, aprendió a tejer y a trabajar el cuero para poder dar forma a las creaciones que tenía en su cabeza y fue así como arrancó con su propia firma, Otrora. “Aprendí poco a poco y de forma intermitente. Muchas veces de manera autodidacta y otras mediante cursos y talleres al margen de mi formación académica y mis trabajos anteriores”, explica, aunque señala que sigue aprendiendo cada día con cada nuevo proyecto. “Es lo bonito de este trabajo. No hay lugar para el aburrimiento ni para las rutinas”, asegura.
Se trata, además, de una elaboración concienzuda. “En general, cada pieza requiere de muchas horas de trabajo, desde la creación del diseño, la búsqueda y selección de materiales, pasando por la elaboración de prototipos y pruebas hasta su realización final”, detalla. Todo depende de la creación, pero las piezas que van tejidas a mano llevan mucho más tiempo que las que van confeccionadas a máquina, subraya.
Sin embargo, es consciente de que el trabajo artesanal es siempre muy laborioso y va sujeto a unos ritmos que nada tienen que ver con los procesos industriales. Elsa lo tiene claro: “El objetivo no es producir cantidad, sino calidad y exclusividad. Hacer las cosas bien, con mucho mimo, cariño, honestidad y compromiso, y con unos valores, es lo que nos diferencia a los artesanos”.
Contacto directo con los clientes
Presente en Instagram como @otrora, Elsa Garrido Núñez considera que las redes sociales son “fundamentales” para proyectos como el suyo. “No solo para llegar a un público nuevo, sino para mantener el contacto con el que ya conoce tu trabajo. Es una vía muy rápida y eficaz de comunicación, pero hacerlo bien exige muchísimo tiempo, algo que a veces, las creadoras y artesanas como yo no disponemos”, se lamenta.
Es por eso que tiene que hacer un esfuerzo añadido por incrementar la cantidad y la constancia de sus publicaciones para reforzar ese canal de comunicación y ventas para poder llegar a más gente.
De todos modos, confiesa que le sigue gustando más el contacto directo con los clientes. “Me hace mucha ilusión conocer en ferias o mercados a seguidoras de Instagram que vienen a saludarme y conocer de cerca mi trabajo. Y, sobre todo, me encanta cuando vienen a visitar mi tienda-taller, donde pueden ver de primera mano no solo los productos que elaboro y vendo, sino también los materiales, las herramientas, los patrones… empapándose así del ambiente donde se han cocido esas piezas”, cuenta ilusionada.
Y es que esta creadora ermuarra, que lleva asentada en Bilbao desde hace ya dos décadas, abrió tienda-taller en la capital vizcaina en 2019, en el número 4 de la calle Larrinaga, y es ahí donde más disfruta.
“La decisión de dejar un trabajo estable, cómodo, con unas buenas condiciones como el que tenía en una oficina y montar un taller para dedicarme de lleno a mi nueva profesión” fue lo que más le costó. “No significó solo un cambio de trabajo, sino también un cambio brutal de vida, con muchos obstáculos, y en la que se vio involucrada toda mi familia”, añade, aunque reconoce que fue “la ilusión y pasión que tienes en ese momento” lo que hizo “que tirase hacia adelante sin detenerme ni mirar hacia atrás”.
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Todavía a día de hoy, cuando se encuentra en alguna feria o mercado con gente que conoce del instituto o de la carrera, le ocurre que “al principio no me conocen porque no me ubican como artesana y se quedan muy sorprendidos al verme allí”, cuenta. Incluso alguna persona le ha llegado a decir: “¡Ostras! ¡Y yo que te veía de jueza…!” “Porque yo siempre fui muy aplicada en los estudios y les sorprende un montón que haya decidido apostar por este camino”, concluye.
Crea tu propio bolso de la mano de Otrora
Elsa Garrido Núñez, diseñadora y creadora de los bolsos y complementos artesanales de Otrora (@otrora) comparte con la revista I+ cómo podemos hacer una de las creaciones más icónicas de la firma, el bolso Ibiza, en forma de saco, ideal para el verano. Eso sí, partiremos ya del paso a paso directamente para la elaboración del bolso una vez fijado el diseño definitivo, tras una fase previa de prototipos, pruebas de materiales, etc.
Para hacer este bolsito empezamos por el cuerpo, concretamente por la parte interior, que está confeccionada con tela. Cortamos la tela exterior, el forro y el bolsillo. Comenzamos haciendo el bolsillo con cremallera que va por dentro del forro. Cosemos el forro con la tela exterior y ya tendríamos la parte interna del bolso hecha.
Después pasaríamos a hacer la parte exterior de macramé. Para ello cortamos las cuerdas, las cosemos a la bolsa de tela que hemos elaborado previamente y nos ponemos ya a hacer los nudos con la técnica del macramé.
Una vez terminado el cuerpo del bolso pasamos a hacer la correa. Cortamos la tira de la pieza de cuero de curtición vegetal. Pasamos a biselar y bruñir los cantos, colocamos las fornituras de la correa y finalmente unimos al cuerpo del bolso con unas anillas.
El ‘upcycling’, una filosofía de vida
Una de las cosas en las que más tiempo invierte Elsa Garrido es en la búsqueda de las materias primas para hacer sus creaciones, ya que, en su opinión, es “lo más importante” y para ella es “fundamental” usar materiales de calidad, que aguanten bien el paso del tiempo. “Tengo productos muy variados y utilizo muchos materiales diferentes. Un mismo bolso puede llevar cuerdas, tela, cuero y varias fornituras. Además, me gustan mucho las telas antiguas, tanto por su estética como por su calidad, para algunos modelos de bolsos y turbantes”, explica.
Elsa trata de comprar en proveedores locales, aunque advierte de que no siempre es posible. “Paso mucho tiempo buscando stocks y retales en almacenes, pero cuando consigo encontrar cosas chulas me llevo la satisfacción extra de recuperar y dar una segunda vida a esos tejidos que estaban almacenados sin uso. Y es que no hay materiales más sostenibles que los que ya existen”, advierte. También le gusta incorporar a sus bolsos elementos vintage como corbatas, pañuelos y apliques y el upcycling es también una práctica sostenible que le encanta.