En imágenes: Alto voltaje en el debate tributario de Vitoria
De cómo una comisión sobre las tasas e impuestos para el año que viene empezó hablando de votar “en positivo” y acabó en “intereses espurios” y de dotes de una edil que “como pitonisa no tiene precio” se habló ayer en Vitoria
Desconcierto y tensión de alto voltaje. Son los dos términos que pueden definir cómo transcurrió ayer en el Ayuntamiento de Vitoria el debate tributario del proyecto de ordenanzas fiscales y precios públicos que llevaba el Gabinete de Maider Etxebarria para 2024.
Y es que aunque la sesión en comisión municipal empezó con muy buenas intenciones, como las de querer “votar en positivo”, como anunciaba nada más comenzar la misma el responsable de la cartera de Hacienda, el socialista Jon Armentia, para poder sacar adelante las enmiendas que mejor vinieran a la ciudad para su progreso “e independientemente” de cual fuera el grupo proponente, pronto la oscuridad se cernió sobre el mismo.
“Su decisión es decepcionante. Nuestra intención era votar en positivo para que la ciudad avance”
O, mejor dicho, la “decepción”, tras “un ejercicio de adolescentismo”, como lo tildó el concejal jeltzale, Iñaki Gurtubai, que en la anterior legislatura fue el responsable de Hacienda, cuando comprobó, para su desconcierto y del de su socio de equipo de gobierno, cómo los dos grupos con los que tenían esperanzas de llegar a acuerdos para su “propuesta sensata”, EH Bildu y Elkarrekin, anunciaron su no.
“La negociación no se ha sujetado ni en tiempo ni en forma. No ha habido margen de maniobra”
“¿Ni siquiera van a sacar adelante las enmiendas parciales que ustedes mismos han propuesto? Esto es una pataleta. Un ejercicio de falta de madurez política en toda regla”, reprocharon Armentia y Gurtubai tanto a los soberanistas como a los de la formación morada. Más aún, cuando “sabían que algunas de ellas sí que las íbamos a aprobar”.
“La propuesta del equipo de gobierno es sensata. El PP está en su derecho de hacer postureo”
Reproches
Y no dudaron en poner nombre y apellidos a esas correcciones al proyecto que iban a salir adelante, como las dos de Elkarrekin del impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica o todas las planteadas por EH Bildu en la ordenanza de instalaciones deportivas: “¿Cómo no íbamos a querer ampliar la edad de 30 años, en lugar de los 24 actuales para que tengan un pase especial? Ahora eso que ustedes no quieren aprobar, se lo tendrán que explicar”.
“Han decidido darle la espalda a negociar y a alcanzar un acuerdo justo y progresivo para la ciudad”
Armentia también se aventuró a decir que luego no le vengan en el debate presupuestario “con que no hay fondos para incrementar ciertos servicios y actividades”.
Claro que de adivinar el futuro también se habló ayer. “Menudas dotes de pitonisa tiene Ainhoa Domaica”, criticó con sorna Gurtubai ante las declaraciones que había realizado la portavoz popular nada más comenzar su intervención, al tener claro que había “un acuerdo global” para aprobar un “hachazo fiscal” en 2024: “Pues menos mal que había acuerdo porque de lo contrario....”, agregó el del PNV.
“Nuestra enmienda es a la totalidad para evitar un hachazo fiscal a los que generan riqueza”
Pero si hubo otro término que protagonizó su propio debate, dentro de esa sesión municipal, fue el de “espurio”, cuando oposición y equipo de gobierno se acusaron mutuamente de tener esos intereses a la hora de negociar el proyecto de tributos y tasas para 2024: “Espurio significa también falso y el nuestro nunca lo ha sido. Dos semanas antes les presentamos nuestra propuesta por escrito”, recriminó la portavoz de Elkarrekin, Garbiñe Ruiz.
Pero para el concejal de Hacienda espurio también tenía otra acepción: “Significa también ilegítimo, que es a lo que yo me refería”.