"Llevamos más de un año soportando ruidos constantes por el gimnasio que han puesto en la calle Castillo de Fontecha", comenta una vecina del barrio. "El gimnasio no está insonorizado, se oye absolutamente todo: la música, las persianas, las pesas, los golpes... Comienzan con el ruido a las 5.50 de la mañana y terminan a las 22.00 horas. ¡No podemos más!, añade muy molesta.
La historia comenzó en enero de este año. Una vecina del barrio de Ariznabarra se dirigió al Consistorio para alertar de ruidos constantes en el gimnasio FIT365 de la calle Castillo de Fontecha. Ella misma aseguraba que ya habían reclamado seis veces y "no solo no han cesado sino que han empeorado".
Tras su última denuncia, a finales de enero, el Ayuntamiento de Vitoria responde que "girada la visita de inspección correspondiente, se ha podido comprobar que, efectivamente, la actividad no cuenta con la preceptiva licencia de actividad o comunicación previa de inicio de actividad clasificada. Por ello, se ha abierto un expediente al titular de la actividad a fin de requerirle que proceda a la legalización de la actividad aportando la documentación técnica y administrativa necesaria, incluido el estudio acústico realizado por empresa acústica acreditada para ello".
La situación continúa igual
La vecina, a mediados de marzo, volvió a reclamar que la situación continúa igual. "Si bien es cierto que la empresa acústica acreditada ha podido confirmar el infierno que vivimos, el gimnasio sigue sin tomar ninguna medida. Es más, el ruido, golpes, gritos, música, pesas, cuerdas y un larguísimo etc. siguen cada día e incluso la intensidad es mayor", aseguraba.
"No poder descansar en tu propia casa es muy duro. Por mucho que les digamos que paren de molestar, no hacen nada. Por tanto, pedimos, exigimos o incluso suplicamos a este Ayuntamiento para que tome medidas definitivas y promocione que las familias puedan vivir tranquilas en sus casas", suplicaba la afectada.
Expediente sancionador
El Ayuntamiento, con el fin de esclarecer los hechos, ha dado respuesta a la situación actual: "A fecha 29 de marzo de 2023 se comprobó que no se había presentado la comunicación previa de inicio de actividad clasificada requerida en el plazo establecido para ello. Por tanto, se ha incoado un expediente sancionador por incumplimiento del requerimiento emitido por la Unidad de Control de Actividades".
El Ayuntamiento comprende que el proceso para que se adopten las medidas correctoras a fin de evitar nuevas molestias se haga largo. "Nos tenemos que ajustar estrictamente al procedimiento sancionador legalmente establecido, el cual determina una serie de hitos y plazos que han de cumplirse", aseguran.
"Esperemos que la incoación del expediente sancionador fuerce a la presentación de la comunicación previa de inicio de actividad clasificada requerida y, por consiguiente, a la adopción de las medidas correctoras necesarias. En caso contrario, se procederá por parte del Ayuntamiento a la adopción de medidas cautelares a fin de proteger la salud de las personas potencialmente afectadas por la actividad" concluye.