El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
En imágenes: Jago Txintxurreta, el hombre que herraba a los caballos
Pilar Barco
El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
En imágenes: Jago Txintxurreta, el hombre que herraba a los caballos
Pilar Barco
El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
En imágenes: Jago Txintxurreta, el hombre que herraba a los caballos
Pilar Barco
El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
En imágenes: Jago Txintxurreta, el hombre que herraba a los caballos
Pilar Barco
El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
En imágenes: Jago Txintxurreta, el hombre que herraba a los caballos
Pilar Barco
El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
En imágenes: Jago Txintxurreta, el hombre que herraba a los caballos
Pilar Barco
El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
En imágenes: Jago Txintxurreta, el hombre que herraba a los caballos
Pilar Barco
El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
En imágenes: Jago Txintxurreta, el hombre que herraba a los caballos
Pilar Barco
El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.
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El de herrador de caballos es uno de esos oficios artesanales y de antaño (sus orígenes se pierden en el tiempo) que poco a poco van perdiendo las pocas manos mágicas que todavía hoy desafían la lluvia, la nieve, el frío o el calor intenso para cuidar con mimo a estos animales.
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Pilar Barco
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Manos que cada vez denotan el paso del tiempo en sus arrugas (la media de muchos de estos profesionales está en los 50 años) y donde vemos pocas que no estén todavía curtidas por los años; una de ellas son las de Jago Txintxurreta Beitia, un joven que tomó las riendas de este negocio que le lleva a recorrer distintos pueblos del entorno rural no solo de Euskadi sino de zonas limítrofes. Horas de trabajo que desempeña con pasión, hemos sido testigo de ello.