Futuroscope hace sombra turística a Poitiers, pero esta ciudad llegó mucho antes y recorrerla puede ser un viaje por la historia de Francia.
Por la calles de Poitiers
J.M. Ochoa de Olza
Edificio del Ayuntamiento de Poitiers.
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La plaza del Ayuntamiento de Poitiers.
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Una colorida fachada de un bistrot dando un toque de luz a la calle.
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Características fachadas de madera, ladrillo y estuco que aún se conservan en el centro más antiguo de la ciudad.
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Con el paso del tiempo y los hechos históricos, variados estilos arquitectónicos conviven en las callles del centro de Poitiers.
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Un palacete decimonónico en las inmediaciones del parque de Blossac.
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Versión moderna de la escultura de la Grand'Goule, el dragón que vivía en el fondo de río Clain y devoraba monjas hasta que santa Radegunda, ahora patrona de la ciudad, acabó con él, en la plaza Charles VII.
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Iglesia de Sainte Porchaire.
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Una de las múltiples sedes que la Universidad de Poitiers tiene por la ciudad.
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Estos edificios aún mantiene su fachada original con madera a la vista.
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Restos del antiguo acceso a uno de los palacetes de la ciudad.
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Entrada al Hotel Fume, un edificio gótico de entre los siglos XV y XVI que es sede de Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Poitiers.
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Las terrazas de bares y restaurantes siguen siendo el centro de la vida social diurna.
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La caserna Rivaud, antiguo convento, prisión y cuartel militar, está dominada por los edificios de Poitiers que dan sobre el rio Clain y el Ílot Tison.
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Monumento a los soldado muertos en la guerra Franco-Prusiana de 1870.
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Edificio de Les Grandes Ecoles d'Echevinage, donde se alojó Rene Descartes en su época de estudiante de Derecho en la Universidad de Poitiers.
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Patio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Poitiers. Los arcos son lo que queda del desaparecido claustro de Notre Dame La Grande.
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Patio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Poitiers.
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La plaza de la Libertad cuenta con una réplica de la Estatua del a Libertad de Nueva York. Ocupa el espació de la antigua picota y desde la que un revolucionario gritó "Viva la libertad" antes de morir.
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Uno de los arcos del anfiteatro romano, que se ha convertido en el muro de muchos edificios.
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La torre de Maubergeon, en la trasera del palacio ducal de Poitiers.
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El mercadillo agrícola de los sábados junto al mercado en la plaza Charles de Gaulle, a la sombra del al igleisa de Notre Dame la Grande.
Las joyas medievales de Poitiers
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La iglesia de Notre Dame la Grande, de entre los siglos X y XI, es uno de los templos románicos más importantes y destacados de Francia.
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En el XIX perdió su claustro y ese espacio quedó abierto al uso de los vecinos de la ciudad.
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Sin edificios a su alrededor, el gran edificio impresiona gracias a su excelente conservación.
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La fachada, con tres secciones horizontales, es un magnifico ejemplo de narración con imágenes para catequizar a quienes no sabían leer.
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La mayoría de las figuras humanas fueron decapitadas por los hugonotes durante las guerras de religión del siglo XVII.
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Paneles explicativos en el exterior muestran lo detalles y secretos del templo.
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La Virgen de las Llaves preside el altar mayor bajo una cúpula que conserva las pinturas originales del siglo XI. El resto de la decoración interior es original del siglo XIX.
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En girola detrás del altar, numerosas placas de piedra, amo de ex votos, agradecen favores recibidos o recuerdan a personas fallecidas.
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Aunque el acceso sea por una entrada construida 1821 con una gran escalinata y un pórtico de estilo dórico tras la Revolución Francesa, el interior del Palacio Ducal mantiene el estilo gótico de la época de Leonor de Aquitania.
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La Grande Salle, la Sala de los Pasos Perdidos es la estancia principal del Palacio Ducal. La gran chimenea y la cristalera que la remata son una joya de la arquitectura de la época.
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Imágenes de Carlos VI de Francia y su esposa Isabel de Baviera decoran uno de los rincones de la Sala de los Pasos Perdidos. De estilo gótico en realidad han sido talladas en el XXI en escayola.
Por el Poitiers verde
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El parque de Blossac es un gran espacio verde donde vecinos y vistantes de Poitiers acuden en busca de tranquilidad.
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Uno de los rincones de Blossac es el Jardín Inglés.
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Dar de comer a los pájaros es un pasatiempo casi universal, pero impresiona cuando aparecen junto a las palomas negras cornejas.
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Desde el parque de Blossac se puede contemplar la vega del río Clain, que rodea toda la ciudad vieja de Poitoiers.
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El parque cuenta con un jardín de la alergia, en el que se controla el polen de una serie de arboles, hierbas y gramíneas para dar los avisos necesarios a sanitarios y personas que sufran de alregias.
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Los parterres están decorados con esculturas y figuras de inspiración clásica.
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El río Clain fue una importante vía comercial a lo largo de la historia de la ciudad, especialmente en la industria de la madera.
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En la actualidad es unos de los pulmones verdes de la ciudad donde los vecinos pasean y pueden practicar actividades de ocio en las orillas o en el agua.
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En Ílot Tison se encuentra el centro de ocio Guinguette Pictave, un espacio de encuentro para todos en los que se puede disfrutar de la gastronomía, la música, juegos de todo tipo o solo estar de charla con los amigos.
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La divertida y urbana decoración contrasta y a la vez se integra con el estilo más clásico y tradicional de Poitiers.
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Los food trucks aportan a la oferta gastronómica un toque internacional muy apreciada por los habituales del lugar.
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En el Guinguette Pictave se pueden jugar y competir a videojuegos entre aficionados de todas las edades.
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Una ludoteca con juegos de todo tipo permite que toda la familia pueda disfrutar de su paso. Los juegos no tiene edad.