Francisco Miguel Torres Grande, doctor en Biomedicina y actual Director de Alianzas para el Sur de Europa en Owkin, lleva más de 15 años trabajando en la intersección entre la ciencia, la tecnología y la innovación clínica. Su experiencia abarca desde la investigación académica y hospitalaria hasta la coordinación de proyectos estratégicos entre el sector público y privado. Desde su puesto en una de las compañías biotecnológicas más punteras en inteligencia artificial aplicada a la medicina, Torres impulsa alianzas que acercan la IA al diagnóstico y tratamiento de enfermedades complejas como el cáncer.
Desde su posición a nivel académico como dentro de la industria, ¿cuáles diría que son los avances más importantes que se están logrando hoy en día en la lucha contra el cáncer?
Estamos en un momento clave en la lucha contra el cáncer, gracias a dos factores principales: la capacidad de generar enormes cantidades de datos y, al mismo tiempo, analizarlos de forma eficaz. Podemos recopilar información genética, clínica y experimental como nunca antes, y contamos con herramientas potentes para interpretarla. Esto ha permitido avances como la inmunoterapia, que reactiva el sistema inmune frente a tumores, o las terapias con células CAR-T, que modifican los glóbulos blancos del propio paciente para atacar las células cancerosas. En diagnóstico, la inteligencia artificial ya permite detectar tumores invisibles al ojo humano y predecir su evolución. Además, técnicas como la biopsia líquida permiten una detección más temprana y seguimiento de recaídas, y las vacunas de ARN mensajero están abriendo nuevas vías terapéuticas.
"Algunos tipos de cáncer, como ciertas leucemias, linfomas o mielomas, muestran remisiones completas con terapias como CAR-T"
¿Qué tipos de tratamientos están dando mejores resultados en los últimos años? ¿Cuáles ofrecen más esperanza de cara al futuro?
Las estrategias mencionadas anteriormente (como la inmunoterapia, las terapias CAR-T, el diagnóstico temprano por IA y las vacunas personalizadas) están mostrando resultados prometedores. No solo aumentan la eficacia del tratamiento, sino que lo hacen más específico, reduciendo efectos secundarios y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
¿Cómo ayuda la inteligencia artificial a entender mejor el cáncer y a tratarlo de forma más personalizada?
La inteligencia artificial permite manejar grandes volúmenes de datos clínicos y moleculares, identificando patrones que serían imposibles de detectar de forma manual. Gracias a ella, podemos detectar tumores en imágenes médicas, anticipar su evolución y descubrir nuevas dianas terapéuticas. Hasta ahora, los tratamientos se diseñaban para grandes grupos con características comunes. Hoy, con la IA, podemos diseñar terapias ajustadas a perfiles individuales, lo que nos acerca a una medicina verdaderamente personalizada.
"Hoy, con la IA, podemos diseñar terapias ajustadas a perfiles individuales, lo que nos acerca a una medicina verdaderamente personalizada"
¿Han conseguido algún descubrimiento reciente que pueda cambiar la forma de tratar ciertas enfermedades?
Más que un descubrimiento aislado, lo que estamos viviendo es un cambio de paradigma. Por fin tenemos capacidad real para generar perfiles individuales de los pacientes y diseñar soluciones a medida. La llamada medicina personalizada ya no es una promesa, sino una realidad en desarrollo. El volumen de información que estamos generando y aprendiendo a analizar va a transformar radicalmente nuestra forma de tratar el cáncer en los próximos años.
¿Qué papel juegan los datos médicos y la tecnología en el desarrollo de nuevos medicamentos?
Son fundamentales. Para desarrollar fármacos eficaces, necesitamos datos médicos completos, fiables y en gran volumen. La tecnología nos ayuda a recoger y estandarizar esos datos, a la vez que protege la privacidad de los pacientes. Sin embargo, hay barreras regulatorias. Por ejemplo, la ley de protección de datos (GDPR), aunque necesaria, genera miedo en hospitales y centros públicos a participar en proyectos por temor a sanciones económicas.
¿Cree que en el Estado existe el talento y los recursos necesarios para liderar avances en biomedicina?
España tiene un sistema sanitario sólido, pacientes bien caracterizados y un gran talento científico. Nuestros centros de investigación compiten a nivel internacional con muy buenos resultados. El gran problema sigue siendo la escasa inversión en I+D y la dificultad para convertir la investigación en soluciones prácticas. Seguimos priorizando sectores tradicionales como el turismo, y la pandemia no logró cambiar esa dinámica. Con un mayor apoyo político y financiero, podríamos estar entre los líderes europeos en biomedicina.
"El gran problema sigue siendo la escasa inversión en I+D y la dificultad para convertir la investigación en soluciones prácticas"
De cara a los próximos años, ¿cree que estaremos más cerca de curar algunos tipos de cáncer o al menos convertirlos en enfermedades crónicas controlables?
Sí, ya lo estamos empezando a ver. Algunos tipos de cáncer, como ciertas leucemias, linfomas o mielomas, muestran remisiones completas con terapias como CAR-T. Incluso en tumores sólidos hay avances antes impensables. Aún hay retos, como la resistencia a tratamientos o el acceso desigual a terapias avanzadas. Pero es muy probable que, en los próximos años, podamos convertir varios tipos de cáncer en enfermedades crónicas controlables, e incluso curarlas en ciertos casos.