La 57 edición de la Azoka de Durango abrió ayer sus puertas a una cita que este año cobra especial importancia por las circunstancias en las que se celebra. En los dos últimos años, la Feria se vio obligada a adaptarse a la excepcionalidad marcada por la pandemia, primero por medio de una edición exclusivamente on line y en 2021 mediante un sistema de turnos con cita previa para el público asistente. Todo ello ha significado un paréntesis en lo que es la esencia fundamental de la Azoka, entendida no como un mero mercado para la compraventa de productos culturales sino como punto de encuentro entre los creadores de distintas disciplinas, público, expertos y amantes en general de la cultura y euskaltzales, conformando la verdadera plaza de la cultura vasca que forma parte indisoluble de su idiosincrasia desde hace casi seis décadas. De ahí la importancia de que este año Durangoko Azoka regrese a su formato más genuino mediante una edición totalmente presencial –sin olvidar tampoco su versión on line que se está consolidando feria a feria–, ya sin restricción alguna. Prueba de ello es que Landako Gunea regresa con datos previos a la pandemia y superándolos en algunos casos: 248 expositores que acogen casi un millar de novedades publicadas este año, con 689 libros, 141 productos musicales, 46 revistas y 54 audiovisuales y creaciones de otras categorías culturales y una programación repleta de actividades con más de 250 actos de carácter cultural en el sentido más amplio de la expresión. Esta edición inaugurada ayer se celebra bajo la conmoción y el recuerdo muy presente tras la muerte hace poco más de un mes de Leopoldo Zugaza, verdadero artífice, creador e impulsor de Durangoko Azoka y activista en primera línea de la cultura vasca. Aquella feria que nació en 1965 gracias a la recién fundada Gerediaga Elkartea bajo la dictadura del franquismo es hoy el referente imprescindible de la cultura vasca bajo el que la creación cultural vasca, principalmente la producida en euskara, se mira en el espejo. Una gran oportunidad para que creadores, editores, productores y público compartan experiencias y opiniones en un ambiente que año a año se ha revelado como enriquecedor para todo el mundo cultural y para la propia Azoka, capaz de reinventarse sometiéndose a una evolución y transformación constantes que conforman la garantía para el futuro.