Los últimos datos referidos a la incidencia del covid-19 en Euskadi siguen mostrando una tendencia positiva, con dientes de sierra en algunos indicadores en un escenario de normalidad casi plena. El boletín sobre la situación epidemiológica hecho público el pasado lunes indica un leve repunte de casos positivos, un pequeño aumento de los fallecimientos y una tasa acumulada de 63,39 en la CAV. Una evolución positiva, ya sin apenas medidas restrictivas –salvo el uso obligatorio de la mascarilla en el transporte público–, pero que demuestra que la pandemia aún no ha desaparecido y, en consecuencia, no hay que bajar la guardia. En este contexto, la Comisión de Salud Pública acordó el jueves la recomendación de la vacunación con la segunda dosis de refuerzo contra el covid-19 para los mayores de 60 años, así como para personas de riesgo o vulnerables, y avaló también su administración junto con la tradicional vacuna contra la gripe. De esta manera, tanto en la CAV como en Navarra, este lunes arrancará la campaña de doble vacunación contra ambos virus. Las consejeras de Salud Gotzone Sagardui y Santos Indurain incidieron en la importancia de la inoculación de ambos preparados. Se trata, nuevamente, de un ejercicio de responsabilidad, en este caso en sentido doble. Por una parte, supone una mayor protección contra el covid, que ha mostrado su peligrosidad en especial en personas de edad avanzada. La triple inoculación contra el SARS-CoV2 –dos vacunas y la dosis de refuerzo– ha supuesto que las personas que han recibido la pauta completa han tenido hasta un 70% menos de riesgo de enfermar de forma grave o de ingresar en el hospital, además del también fundamental factor de inmunización de grupo que supone desde el punto de vista social y de salud pública. De ahí la importancia de mantener esta protección frente a un virus del que aún se desconocen muchas cosas, entre ellas cómo se comportará este otoño-invierno sin restricciones, en el que los expertos prevén un recrudecimiento. En cuanto a la gripe, en las últimas semanas su incidencia ha sido muy importante y los antecedentes en países del hemisferio sur hacen prever una mayor circulación del virus. La doble vacunación, en especial en personas mayores, refuerza la protección personal y social y supone un ejercicio de responsabilidad en momentos aún complicados e inciertos.