a pandemia de covid-19 lleva semanas descontrolada, con continuos récords de contagios, la presión en el sistema sanitario en aumento y un cansancio generalizado en la población y en los sectores más afectados. Los datos indican que en la actualidad el número de infecciones y la incidencia acumulada son con mucho los más altos de toda la pandemia. Solo la masiva vacunación -en Euskadi es superior al 91% de la población diana, lo que está salvando muchas vidas, y ya se está inoculando con buen ritmo a los niños- está impidiendo el colapso de nuestra sanidad, pero a la vista está que la vacuna por sí sola no es suficiente. Una situación preocupante, aún más teniendo en cuenta que estamos ya a las puertas de las Navidades, un periodo de intensa interacción familiar y social y de mucha movilidad, lo que puede llevar a un incremento aún mayor de contagios. Pese a ello, el Gobierno español ha mantenido una inexplicable inacción, fiando todo a la vacunación y a las “herramientas de que disponen las comunidades autónomas”. La petición realizada por el lehendakari, Iñigo Urkullu, y algunas otras voces incluso de barones socialistas, han obligado finalmente a Pedro Sánchez a convocar casi in extremis una Conferencia de Presidentes para abordar la situación y, en su caso, la implementación de medidas para atajarla. Esta reunión era y es absolutamente necesaria, aunque debía haber sido convocada antes y no a 48 horas de Nochebuena, lo que ofrece una imagen de improvisación. El propio lehendakari ha pedido en reiteradas ocasiones la necesidad de ejercer de verdad la cogobernanza y consensuar medidas de aplicación general para frenar los contagios, ante la disparidad de criterios tanto de las diferentes administraciones como de los tribunales correspondientes, con el TSJPV, que ha tumbado diversas medidas adoptadas en Euskadi, como claro exponente y dejando patente que por mucho que lo repita el Gobierno español, sin estado de alarma las comunidades no cuentan con todas las herramientas para combatir la pandemia. Pese a la premura, es de esperar que la Conferencia de Presidentes sirva para mucho más que una nueva foto y que adopte las medidas necesarias que doten realmente a las CCAA de la cobertura necesaria y que otros foros como la comisión interterritorial no han sido capaces de acordar para poner coto al virus.