os socialistas vascos abren una nueva etapa en su trayectoria política con la proclamación ayer de Eneko Andueza como nuevo secretario general en sustitución de Idoia Mendia en el IX Congreso del PSE celebrado bajo el lema de Un nuevo comienzo. Un lema que no deja dudas sobre la intención del nuevo líder -y así quiso subrayarlo durante su discurso- de abordar una especie de reinicio en el partido cuyas bases, líneas maestras y alcance son aún inconcretos. Tanto Andueza como el presidente español, Pedro Sánchez, que arropó ayer al nuevo secretario general, subrayaron la intención de los socialistas de liderar Euskadi, un objetivo natural en cualquier formación que quiera poner en práctica su proyecto, para lo que debe buscar el apoyo mayoritario de la ciudadanía. La historia reciente del PSE está jalonada de etapas diferentes y de algún modo discordantes en momentos convulsos y bajo liderazgos que van desde el ciclo inicial de Ramón Jáuregui, seguido por los de Nicolás Redondo Terreros y Patxi López al reciente de Idoia Mendia y, a partir de ahora, el de Eneko Andueza. Todos estos periodos han arrancado con “nuevos comienzos” y en ellos ha habido luces y sombras: los primeros acuerdos de coalición de gobierno con el PNV, la ruptura de estos pactos y la unidad de acción con el PP de Mayor Oreja, el acceso por primera vez a la Lehendakaritza de la mano de los populares merced a la exclusión de la izquierda abertzale, la travesía en el desierto de la pérdida de influencia y poder institucional y, hasta el momento, la recuperación de las alianzas con los jeltzales y, con ello, de cierto peso político y social. El nuevo liderazgo de Andueza plantea la encrucijada sobre la estrategia a seguir a partir de ahora por los socialistas. Diversas declaraciones realizadas en las últimas semanas por el secretario general y otros dirigentes parecen sugerir la posibilidad de que el PSE quiera explorar nuevas alternativas en busca de posibles acuerdos de izquierda con EH Bildu y Elkarrekin Podemos, lo que supondría de nuevo la ruptura con el PNV. Una opción obviamente legítima que los socialistas deberán calibrar. Durante su discurso de ayer, Andueza no dio excesivas pistas más allá de subrayar que “la única suma que vale es la de la estabilidad y la de la convivencia”. Corresponde a Andueza y su equipo decidir el rumbo del irregular y variable péndulo socialista.
- Multimedia
- Servicios
- Participación