La evolución del mercado laboral es una de los interrogantes que flotan alrededor de la situación económica en el Estado. Los repuntes en los meses de septiembre y octubre, tras un verano de fuerte tirón en el sector turístico, han traído algo de incertidumbre, ya que se trata de una de las materias que está contribuyendo a apuntalar la recuperación post-pandemia. La tendencia de los analistas es a considerar que se ha acabado la época de fuerte impulso en la creación de empleo y que ahora se aproxima un período de estabilización. Otra cuestión es cuanto tiempo se extenderá.
Ayer fueron la Fundación de Estudios de Economía Aplicada y BBVA Research, el servicio de estudios de la entidad financiera, los que alertaron de que ya se está constatando la pérdida de fuerza en la generación de puestos de trabajo. Según los datos del Observatorio Trimestral del Mercado Laboral correspondiente al tercer trimestre, la ralentización en la actividad económica en los últimos meses está causando un crecimiento “a menor ritmo” en la afiliación a la Seguridad Social, algo que “no parece que vaya a ir a más”, según Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research. Ambos organismos de análisis se centran también en la productividad, un aspecto que suele lastrar el estado general de la economía española.
Así, el PIB real por ocupado disminuyó el 0,9% trimestral entre julio y septiembre, tras crecer cinco décimas en el segundo trimestre del año. Además de este descenso en el PIB, también se produjo una caída en el número de horas trabajadas, lo que “contrarrestó el ligero crecimiento de la productividad por hora trabajada”. De hecho, esta caída en la intensidad del PIB ha reducido, en términos generales, la productividad por horas trabajada, que apenas creció un 0,8% por encima del cuarto trimestre de 2019. Es decir, que los parámetros de productividad no están mejorando respecto a lo que había antes de la pandemia del covid.
El Observatorio también ha analizado la temporalidad en el mercado laboral. Florentino Felgueroso, investigador de Fedea, destacó que la tasa ha alcanzado una cierta “estabilidad” en la caída que había comenzado el año pasado con la aplicación de la reforma laboral. “Se ha estabilizado en torno al 17%, según la EPA, y entre el 14% y el 15%, según los datos de la afiliación”, subrayó.
Felgueroso se pronunció también acerca del debate sobre la reducción de jornada, que en el año 2025 pasará a ser de 37,5 horas. Felgueroso aseguró que España está en una “posición intermedia en la UE”, por lo que no puede aspirar a tener una jornada laboral como la de los países escandinavos, o un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) como el de Luxemburgo, porque la economía no tiene la productividad promedio de esos países. A su juicio, es equivocado creer que bajar la jornada va a aumentar la productividad. En su opinión, en los países donde opera una jornada más limitada “probablemente han conseguido una reducción de la jornada porque han ido aumentando su productividad”, zanjó el investigador.