- El Banco de España ha recortado su previsión de crecimiento de la economía española al 4,5% para este año, 0,9 puntos porcentuales menos que en sus anteriores estimaciones de diciembre (5,4%), y ha elevado la tasa de inflación media para el conjunto del año desde el 3,7% hasta el 7,5%, de acuerdo con el informe sobre proyecciones macroeconómicas de la economía española publicado ayer.
El nuevo director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, explicó que hasta el inicio del conflicto bélico en Ucrania, el comportamiento de la actividad venía sorprendiendo al alza, al igual que la inflación. Pero la guerra interrumpió esta marcha y ha supuesto una notable perturbación para la economía española, cuando aún no se había completado la recuperación de la crisis sanitaria. “La extraordinaria incertidumbre sobre la duración e intensidad del conflicto impide una valoración precisa de sus implicaciones”, admitió Gavilán.
No obstante, el organismo anticipa que el impacto macroeconómico más intenso de la guerra se observará en el segundo trimestre del año y, en ausencia de una escalada en el conflicto, el dinamismo de la actividad aumentará gradualmente en el segundo semestre. En particular, el PIB habría crecido un 0,9% en el primer trimestre del año, antes de recoger el impacto de la guerra, y sólo crecerá un 0,1% en el segundo trimestre, para elevarse al 0,4% y al 0,7% en los trimestres siguientes, respectivamente. No obstante, aunque no prevé que España pueda entrar en recesión, no descarta que un agravamiento de las consecuencias macroeconómicas de la guerra pueda conducir eventualmente a caídas “transitorias” de la actividad en algún trimestre.
Con todo, en términos de la tasa media anual estima que el PIB podría crecer en el entorno del 4,5% en 2022. Una parte importante de este incremento se explica porque el elevado ritmo de crecimiento del PIB en la segunda mitad de 2021 impulsa el avance de la actividad en 2022 en tasa media anual. Como ilustración de este efecto, el Banco de España asegura que, incluso aunque el PIB de la economía no creciera en tasa intertrimestral en ninguno de los trimestres de este año, la tasa media anual sería del 3,1%.
Sobre la inflación, el Banco de España ha apuntado que los mercados de futuros de la energía prevén una cierta relajación de los precios a partir de julio de este año, pero hasta entonces el IPC se moverá en torno al 9-10%. En 2023 el IPC descendería hasta el 2% y hasta el 1,6% en 2024.
El organismo que encabeza Pablo Hernández de Cos cree que los efectos adversos del conflicto bélico se verán parcialmente contrarrestados por el soporte proporcionado por las medidas incluidas en el Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania aprobado recientemente por el Consejo de Ministros.
En concreto, el Banco de España estima que el conjunto de medidas para contrarrestar las presiones inflacionistas, que suponen un recorte de diversas fuentes energéticas y la fijación de límites a la revalorización de los alquileres, restaría entre 0,5 y 0,8 puntos porcentuales a la tasa de inflación media de 2022 y tendrían un impacto positivo de 0,2 puntos porcentuales en la tasa media de crecimiento del PIB en 2022.
Además, el organismo cree que los efectos adversos de la guerra también se verán contrarrestados por la ejecución de los proyectos financiados a través del programa Next Generation EU, unas condiciones de financiación todavía favorables y la mejora gradual de la situación epidemiológica. En cuanto a los fondos europeos, el organismo apunta a un impacto positivo sobre la tasa de crecimiento del PIB en 2022 del 1,4 puntos porcentuales, ligeramente inferior al anticipado en diciembre (1,6 puntos).