- La incertidumbre sobre le evolución en la crisis de los semiconductores y su repercusión en el sector de la automoción no ha llevado a plantear un escenario de contención y cautela a la dirección de Mercedes-Benz en Vitoria a la hora de fijar su objetivo para el año 2022. En la reunión celebrada en la mañana de ayer se transmitió a los representantes sindicales el ambicioso objetivo de ensamblar 158.219 unidades durante los próximos doce meses. Esta cantidad supondría romper el techo de 150.000 vehículos alcanzado en el año 2017 y que se mantiene hasta la fecha como el tope de fabricación de la planta gasteiztarra. Esta previsión está sujeta a poder ir sorteando los problemas de suministro y todo apunta a que habrá cambios sustanciales en la cantidad final cuando llegue el momento de cerrar el ejercicio 2022.
Este vaticinio de la dirección que encabeza Emilio Titos supone mejorar un 17,58% el volumen de los 134.561 monovolúmenes con los que se espera cerrar el inestable y dubitativo año 2021. En la recta final del convulso 2020 se cifró el objetivo en las 131.500 unidades a ensamblar en la planta de Las Arenas a lo largo de este año. Ese optimismo se vio incrementado hasta elevar el listón a las 148.600 unidades en diferentes ajustes al alza. Llegó después el periodo de ajustar a la baja la cifra y situarla en las 134.561 Viano y Clase V. Está por corroborar que ese vaya a ser el balance final y no pueda verse afectado por los nuevos días de parón ya confirmados hasta final de año.
La habitual reunión de cada jueves se saldo ayer con el anuncio de la cancelación de actividad el martes 7 de diciembre. De esta manera los más de 5.000 operarios de Mercedes-Benz disfrutarán del puente de la Inmaculada y la Constitución integro. Esa jornada sin actividad, irá a cargo del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) acordado entre dirección y sindicatos hasta final de año. Con ese día, el contador de jornadas consumidas sube hasta las 13 y aún restan otras 17 para alcanzar el límite pactado de 30 días de cancelación de actividad. Sí que es seguro que la semana que viene los tres turnos trabajarán las cinco jornadas, de lunes a viernes, y se ha descartado tener que acudir el sábado 4 de diciembre, al igual que el resto de sábados de ese mes.
Más allá de la medida anunciada hace dos semanas de cancelar la producción entre el 27 y el 30 de diciembre, todo son incertidumbres respecto a la última jornada laboral de este año y el primer día de 2022. La comisión de ordenación del tiempo de trabajo reunida ayer no fue capaz de confirmar si el último día de trabajo de este ejercicio será el 17 de diciembre. Los cálculos apuntan a que el lunes 3 de enero los operarios vuelvan a sus puestos tras el parón navideño, aunque es otro de los aspectos que tampoco se pudieron concretar ayer.
En lo que hace referencia a las vacaciones estivales del año próximo, las certezas son mucho mayores. Habrá cuatro semanas, entre el 1 y 28 de agosto, y quedarán otros siete días más para consumir entre el 23 y 30 de diciembre. Estas fechas están prácticamente confirmadas por las obras que se necesitarán llevar a cabo en las actuales instalaciones de la calle Las Arenas.
La dirección trasladó ayer
al comité de empresa la suspensión de actividad el martes 7 de diciembre con cargo a los días del ERTE