El ahorro personal tiene mucho peso a la hora de elaborar un presupuesto personal o familiar. Por ello, en Estados Unidos ha aparecido el denominado ‘ayuno financiero’ o reto de 21 días de ahorro. Se trata de una fórmula muy agresiva pero que está teniendo muchísimo éxito en el país norteamericano.
La asesora financiera Michelle Singletary, columnista del ‘Washington Post’ y autora del libro ‘The 21-Day Financial Fast: You Path to Financial Peace and Freedom’, es la creadora de este método. En su publicación promete acabar con los malos hábitos de gasto y ponerse en un mejor rumbo financiero para el futuro.
La fórmula del ayuno económico
El requisito principal es no gastar dinero innecesario de ninguna forma, a no ser que se trate de comida, alojamiento o algún otro gasto imprescindible para asegurar la existencia humana.
Pese a que el reto de los 21 días de ayuno está diseñado para que solo se siga durante tres semanas, aspira a que no se gaste nada de dinero ‘extra’ una vez acabado el periodo.
Estas son las normas que marca Singletary para seguir el ‘ayuno financiero’.
- 21 días. Ni más ni menos. Es el tiempo justo para poder recortar los gastos necesarios.
- Comprar solo lo necesario. No hay que hacer ninguna compra, solo lo absolutamente imprescindible para sobrevivir.
- Pagar en efectivo. La autora señala que una persona es más consciente del gasto cuando paga con billetes y monedas, que son un recordatorio visual de cuál es el nivel de despilfarro.
- Hacer un diario con los gastos. Llevar un registro detallado de lo que se gasta y de lo que se ahorra. Este instrumento nos puede ayudar a identificar los desencadenantes del gasto y los malos hábitos que deberíamos corregir.
Tener cabeza
Hay que tener en cuenta que no todas las personas son válidas para llevar a cabo un ‘régimen’ tan duro que supone renunciar a muchos bienes y servicios. La autora del libro lo recomienda para periodos cortos tras vacaciones o épocas de mucho gasto.
Además, hay que ser conscientes que 21 días no van a cambiar por completo las finanzas personales, aunque sí permita ver algunos gastos innecesarios de cara al futuro.