- La transformación económica y social de las empresas es una cuestión en la que la Unión Europea ha puesto el acento. Lejos de vagas declaraciones de intenciones, ha anunciado que este mismo año establecerá la obligatoriedad de que las empresas del espacio comunitario comiencen a aplicarla.

La Unión Europea se alinea con el trabajo que realizan.

-La Unión Europea ha desarrollado una iniciativa importante que debería haber estado instaurada desde hace muchos años. La primavera pasada, el comisario de Justicia europeo durante un evento virtual se comprometió a crear una normativa en la que la debida diligencia en derechos humanos de las empresas tenga que ser cumplida. Esto se traduce en que todas las empresas europeas van a estar obligadas a realizar los estudios de impacto social, ya que hasta ahora sí que hacían análisis medioambientales, pero esta parte social era invisible.

¿En qué va a consistir esta labor?

-Las empresas van a tener que medir los impactos que tienen a nivel de derechos humanos, tanto de manera interna como externa. Las mediciones afectan a salud, condiciones laborales de los trabajadores, tipo de proveedores… Y esto va a ser de obligado cumplimiento.

¿Qué desarrollo tiene la directiva?

-Están en la última fase, en la de participación pública, y quieren tenerla aprobada en junio de 2021. Cada país tendrá su periodo de gracia para trasladarla pero, en el momento en que existe esa obligatoriedad, es un camino de no retorno.

¿Las empresas están preparadas?

-No. En los últimos años han dado pequeños pasitos en responsabilidad social corporativa y en desarrollo sostenible, pero esto va a ser algo mucho más serio. La amplia mayoría de las empresas no conoce esta normativa, y tendrán que comprometer una parte presupuestaria porque les va a afectar a todas, independientemente de su tamaño, sector, grado de internacionalización, etc.

¿Una empresa de aquí que implante una fábrica fuera de la UE estará obligada a cumplir esas normas?

-Sí y además por un tema reputacional. No puedes decir aquí lo hago y allá no, sobre todo si son zonas donde hay que proteger y promocionar los derechos humanos. La transformación territorial y social viene de la mano de la económica. En el momento en que tienes una integración económica, puedes también abordar la territorial y social.

“Las empresas han dado pequeños pasitos en responsabilidad social corporativa y en desarrollo sostenible, pero esto va a ser algo mucho más serio”