on la mirada puesta en el 19 de julio próximo, los motores y chasis completamente preparados, los equipos ansiosos por empezar y los pilotos velando armas, todo está listo para que comience una nueva temporada de carreras de motociclismo de velocidad. Como ha sucedido desde siempre, la categoría reina suscita el mayor interés posible. Con la incógnita de comprobar el estado de forma, tras las lesiones y operaciones de hombro, del piloto que ha dominado con mano hierro las últimas temporadas, Marc Márquez, y de una Honda que sólo él ha sido capaz de exprimir al máximo nivel; verificar el grado de competitividad de las Yamaha de Viñales y Quartararo, el estado de evolución de las Suzuki de los españoles Rins y Mir y el rendimiento de las Ducati -en varias temporadas consideradas como las motos más equilibradas-, Jerez dará el banderazo de salida para una temporada que podría ser la que llevase a Márquez a igualar los nueve títulos mundiales de Valentino Rossi y las 90 victorias en grandes premios -Marc tiene 82- del piloto español más laureado hasta la fecha, Ángel Nieto.
Todos vemos a Marc como el auténtico protagonista, y nadie duda de que lo es por méritos propios, pero tras el catalán se sitúa una estructura sobresaliente. Desde el trabajo callado, valiosísimo y generoso de un piloto campeón del mundo en 125 cc, Emilio Alzamora, tan eficaz en su quehacer como modesto y elegante; pasando por el conjunto humano de un equipo coordinado al máximo, el sólido patrocinio de Repsol -algo que sólo los más veteranos aficionados saben que data de hace muchos años, cuando por ejemplo Ángel Nieto lucía la R, enmarcada dentro de una circunferencia, de la petrolera española en su carenado-, hasta la vanguardista tecnología del mayor fabricante de motocicletas del mundo, Honda.
Márquez, Honda y Repsol han sido un tridente victorioso desde que el piloto catalán llegase a la máxima categoría. Sus títulos mundiales de 2013, 2014, 2016, 2017, 2018 y 2019 -tan sólo falló en 2015, un año en el que se cayó hasta la saciedad, al punto de que Nieto afirmó que todas esas caídas le harían madurar y ser un campeón totalmente nuevo, mucho más sólido- avalan una trayectoria que lo ha consolidado como un valor seguro y de total confianza de Honda. Los japoneses, y en especial los de Honda, siempre ha sido gente calculadora, un poco fría a la hora de expresarse, que está en las carreras para ganar -un lema repetido por Soichiro Honda, fundador de la marca, era "ganar el domingo para vender motos el lunes"-; pero con Marc han cambiado el chip y se han dejado llevar por las emociones, han sacado al exterior su expresividad, porque Márquez, además de ser un depredador en la pista -un killer que decía Alberto Puig de Stoner-, es un tipo que sabe ganarse el afecto de la gente, de su equipo, de la marca, que hace sonreír y divertirse hasta a los jefazos nipones. Los únicos que no se divierten con él son sus rivales, especialmente algún italiano.
Y los japoneses de Honda tienen muchos motivos para ser unos incondicionales de Marc. Ningún piloto les ha dado tantos títulos individuales desde que la marca del ala dorada llegara a la máxima categoría de la competición de velocidad, con seis títulos de los 21 de pilotos que atesora en la clase reina desde que aterrizasen en 1966. Además de haber superado los cinco de Mick Doohan -un piloto de gran calidad, pero que sólo obtuvo el título cuando Wayne Rainey estaba ya postrado en una silla de ruedas y Kevin Schwantz había perdido la motivación y las condiciones físicas para correr de verdad- y de haber contribuido a los numerosos títulos de fabricante, Marc ha logrado 56 victorias en MotoGP de las 309 que ha protagonizado Honda en la máxima categoría.
Nunca antes Honda tuvo un piloto tan eficaz. Marc ha sido, y esperemos que lo siga siendo, el Agostini de las MV Agusta y el Nieto de las Derbi. Cuando se recupere, seguro que volverá a por el noveno título. Lástima que no podamos volver a preguntarle al maestro Nieto dentro de unos años, cuando Márquez se haya retirado, si sigue considerando a Mike Hailwood el mejor piloto de la historia.