- El Gobierno Vasco analiza de la mano de las diputaciones y los cluster sectoriales el tejido productivo vasco para detectar empresas que están sufriendo y respaldar a las empresas que están en dificultades aun teniendo un futuro sólido.
Todas las empresas, en mayor o menor medida, están atravesando un bache. ¿Teme que la reducción de plantilla sea la solución en gran parte de ellas?
—Espero que no sea así. Estamos ya en la fase de recuperación, que no será como se pensaba al principio cuando se daba por seguro que la pandemia desaparecía rápidamente. Pero sí vamos empezando a ver que la economía, aún con una bajada del 10%, se empieza a recuperar. Hay que evitar que se destruya más empleo y utilizar fórmulas como la de los Erte o un acuerdo entre empresa y sindicatos que dé a las empresas flexibilidad suficiente para no destruir más empleo, porque el año que viene vamos a necesitar ese empleo para seguir creciendo.
¿Se echa de menos ahora que algunos centros de decisión se hayan trasladado fuera de Euskadi? ¿Se ha perdido interlocución?
—La interlocución no es mala con esas empresas que tienen sus centros de decisión en otros lugares. Los directivos de esas empresas están ubicados en Euskadi y conocen el tejido industrial en el que se mueven y la relación con el Gobierno es muy fluida. Otra cosa es que cuando los centros de decisión no están aquí, quizá la capacidad de actuación no es la misma que la del Gobierno en el que está situado el centro de decisión. Nosotros seguimos trabajando por que los centros de producción que tenemos sigan siendo un centro relevante para la multinacional. Queremos que la competitividad, capacidad de innovación y tecnológica de las empresas y la relación con el Gobierno Vasco dificulte la decisión de adoptar medidas de ajustes.
De la anterior crisis se dijo que quedaron en pie las empresas fuertes, ¿teme que en esta ocasión también caigan las fuertes?
—Cuando se habla de empresas fuertes tendemos a pensar que son empresas grandes y no es así necesariamente. En la anterior crisis, también hubo empresas bien dimensionadas, internacionalizadas y con procesos de innovación en marcha que, sin una buena gestión y unas decisiones adecuadas, desaparecieron o sufrieron mucho. Las empresas aprendieron de aquella crisis que sus modelos de gestión tenían que ser mucho más eficientes, que la financiación también debía estar diversificada y ampliada. Una pyme puede ser una empresa fuerte a día de hoy. Hay que hacer un análisis sectorial, pero también de empresas con problemas en cada uno de los sectores. Hay empresas de sectores en dificultades que se encuentran muy bien porque tiene el mercado y negocio diversificado. Queremos hacer un análisis junto a los cluster y las diputaciones para ayudar a sobrevivir a esas empresas que están sufriendo pero tienen un mercado positivo a futuro.
Asume en esta legislatura el capítulo del Medio Ambiente, ¿qué prioridades se ha marcado?
—La administración ambiental es compleja, hay mucho proceso administrativo y queremos simplificarlo de cara a quien venga a solicitar una autorización. Queremos ser garantistas pero con un proceso más sencillo, más rápido y mucho más ágil. Hay otro aspecto, los residuos industriales, donde hemos vivido recientemente la desgracia del vertedero de Zaldibar. Hemos trabajado mucho los residuos urbanos, tenemos una planificación muy relevante y en cuanto a reciclaje y separación de masa. Sin embargo, la actividad no ha sido igual de intensa en el sector industrial. Aprovechemos esta situación para trabajar los residuos industriales, que seamos capaces de aprovecharlos a futuro. Al mismo tiempo, debemos introducir los ecodiseños que permiten planificar un proceso industrial desde su inicio garantizando el menor impacto.
Y desde el prisma ecológico.
—No nos podemos olvidar de lo que es la protección de la naturaleza, de la biodiversidad, tanto a nivel animal como vegetal, ahí tenemos planes que ejecutar. Toda una red natura 2000 de espacios protegidos. Pero siendo conscientes de que proteger no significa que no se puede hacer nada, hay que gestionarlo y proteger las especies que están calificadas. Desde luego todo lo que nuestra ganadería y agricultura puede colaborar y debe colaborar a que sea una realidad. Pero sin llegar al no tocar, puede haber proyectos que garanticen la protección del ecosistema.
“Trabajamos para que las plantas de multinacionales sean relevantes por su competitividad y la relación con el Gobierno Vasco”