- El coronavirus ha contagiado ya en mayor o menor medida a todo el tejido productivo vasco y las empresas se preparan para vivir un periodo de baja actividad. La duración dependerá de la rapidez con la que se resuelva la crisis sanitaria, pero los efectos se alargarán en la mayoría de los casos más allá. Por ello, Confebask envió ayer al Gobierno Vasco un informe en el que adelanta que serán necesarias "medidas extraordinarias de flexibilidad laboral", una relajación de las obligaciones fiscales y, al mismo tiempo, ayudas de carácter económico "para hacer frente a la caída de ingresos y al cierre de actividad".

Se trata en definitiva de configurar un escenario en el que sea sencillo aplicar en expediente de regulación de empleo temporal y en el que la empresa no tenga que afrontar en solitario el coste de las bajas de los trabajadores o del personal que tenga que quedarse en casa por tener que atender a familiares.

Otra línea se centraría en aplazar deudas e impuestos tributarios con las diputaciones y los ayuntamientos durante un mínimo de seis meses. También se pide la puesta en marcha de manera urgente del fondo de 300 millones de euros anunciado la semana pasada por el lehendakari, así como el establecimiento de líneas de crédito al 0% para pymes y autónomos.

Un segundo bloque de recomendaciones se centra en el día después de la crisis sanitaria con "medidas de estímulo para reanimar la actividad económica". Entre ellas, se demanda la creación de un fondo extraordinario para apoyar a las empresas vascas en su labor de recuperación de mercados y clientes. El incremento temporal de los incentivos relativos a las inversiones en equipos, I+D+i y medio ambiente que se realicen en 2020, un programa extraordinario de rehabilitación de inmuebles públicos como Escuelas y hospitales. Y por último nuevos programas Renove de incentivo al consumo para el segundo semestre del año, centrados en sectores como automóvil, textil, electrodomésticos, mobiliario, ocio, etc.

Son cuestiones que han estado presentes en las reflexiones realizadas las últimas semanas por empresarios y administración vasca pero que ahora se sitúan en primera línea de las necesidades debido al impacto del virus en la actividad económica. En este sentido, Confebask advierte en su informe de que, "hoy, se puede decir que la práctica totalidad de las empresas vascas están afectadas".

La decisión de varias empresas industriales de parar su producción, con el consiguiente impacto en su cadena de proveedores, se suma al cierre total en la hostelería y la educación y de gran parte del comercio. Por ello, la patronal muestra su preocupación ante la espiral en la que ha entrado el conjunto del tejido productivo.

"Si la situación actualmente creada de pandemia y de cierre de actividades y restricciones al transporte se mantiene, es de prever un fuerte impacto en la actividad productiva industrial en la próximas dos o tres semanas, con muchas industrias paradas, bien por falta de suministro bien por cierre de centros de trabajo por razones sanitarias", subraya el informe. En la construcción, aunque el impacto es menor, algunas compañías ya han tenido que parar por falta de suministros y se prevé un parón más amplio debido a que algunos clientes han solicitado aplazar obras y a que el cierre de establecimientos comerciales afectará a corto plazo a las compras material, detalla Confebask.

La gravedad del impacto vendrá dada por el número de compañías que se vean obligadas a cerrar sus puertas. De modo que la patronal hace un llamamiento a empresas, trabajadores e instituciones a "hacer los esfuerzos necesarios" de cara a "mantener la actividad en la mayor parte de las empresas donde sea posible, salvaguardando la salud de las personas, y a fin de evitar impactos económicos y en el empleo más traumáticos que los que hasta ahora se han producido".