El milagro de Socialitas
Una empresa alavesa ligada a las redes sociales duplica facturación en plena crisis
asier diez mon
bilbao
Socialitas se ha hecho mayor de edad en plena crisis. Acaba de cumplir este mes sus primeros dos años de vida, superando la vida media de las star ups, en plena forma tras haber superado en los cuatro primeros meses del ejercicio toda la facturación de 2012 y con la previsión de duplicar ventas este curso.
Igor San Román, el CEO, de la compañía alavesa explica la base de estas expectativas de crecimiento, tras ser uno de los finalistas de los Premios Emprendedor XXI, una iniciativa impulsada por La Caixa y el Ministerio de Industria y organizada en la comunidad vasca por el Gobierno Vasco, a través de Spri.
Socialitas es una empresa pionera en Euskadi en la gestión de información en redes sociales. Tiene dos líneas de trabajo: una de consultoría centrada en el diseño de un plan de márketing en redes sociales -que posteriormente gestionan las propias empresas con la formación y el asesoramiento continuo por parte de Socialitas- y otra destinada a pequeñas y medianas empresas, con mayores dificultades para estar activos en internet, que incluye la gestión del eco en las redes sociales y que se define como línea low cost por los bajos precios -adaptados al perfil y las necesidades de cada firma- a los que se ofertan los paquetes. En ambos casos, los clientes de Socialitas están presentes constantemente en Facebook o Twiter. Entre las empresas que han contratado sus servicios hay concesionarios de coches, restaurantes, variadas industrias -incluidas una de pesticidas y otra de embutidos-, el Museo Guggenheim o un criadero de conejos, entre otras.
¿Que tienen todas ellas en común? La necesidad de ser visibles en internet. "No estar en la red es un error. Cada uno, a su nivel, debe valorar qué objetivos quiere conseguir y eso forma parte de nuestro trabajo", explica San Román. El objetivo no se vender, de hecho es un error muy habitual intentar vender producto a través de las redes sociales. Se trata de tener una presencia óptima en esos foros, una "buena reputación online", que como "consecuencia indirecta" genera un aumento de las ventas. Eso no implica que la compañía no pueda publicar ofertas puntuales, "la cuestión es hacerlo sin bombardear", añade San Román.
Con esa estrategia, Socialitas ha captado cerca de 60 clientes, la mayoría, unas 40 ligadas, al negocio online destinado a pymes. La facturación del año pasado rozó los 300.000 euros y para este curso se prevé rondar los 600.000 euros.
En la vertiente más social de sus cifras, la compañía vasca da empleo en Euskadi a cinco profesionales adscritos al negocio de consultoría y tiene un acuerdo con Tisat (Madrid) para la gestión de los impactos de las pymes que contratan la segunda línea. Cerca de 20 personas se ocupan esa parte del negocio, pero el objetivo una vez superada la fase de lanzamiento será asumir esa labor y crear puestos de trabajo en Euskadi. Además, cuenta con dos profesionales, también vascos, en Perú y Argentina para facilitar el proceso de internacionalización en el que se haya inmersa, que no se olvida de su expansión por la Comunidad Vasca.
En relación a la apertura exterior, ha suscrito recientemente un acuerdo con Telefónica gracias al cual la operadora venderá paquetes low cost a todos sus clientes de empresa. Este acuerdo hace visible a Socialitas ante los aproximadamente 50.000 clientes de Aplicateca -la tienda cloud de herramientas informáticas de Telefónica- y al resto de clientes que acceden al catálogo de Movistar.
De forma paralela, se han cerrado acuerdos similares con Telefónica Argentina, por el que desde julio de 2013, comercializarán en el mercado argentino el producto de Socialitas. Las próximas fronteras a superar son Perú y Colombia y para ello se está en la última fase de negociación con operadores locales.
Y mirando de nuevo a casa, Socialitas ha decidido trasladar su domicilio fiscal de Gasteiz a Bilbao para aumentar el mercado en Euskadi y de forma paralela tener acceso a las ayudas a la internacionalización de la Diputación de Bizkaia. A pesar de lo cual mantendrán la sede en el Parque Tecnológico de Miñano junto a la central de la Gran Vía bilbaina. El objetivo es crecer y generar estructura en Euskadi y para ello, Igor San Román se está reuniendo con posibles inversores para reforzar el proyecto con una inyección económica. Los ritmos de crecimiento continuarán suponiendo duplicar el negocio los próximos años, a juicio del CEO de Socialitas, sobre todo porque este tipo de negocio se hará más necesario y se consolidará en la salida de la crisis.
los datos
60
l Clientes. Cerca de 20 empresas son clientes de la línea de consultoría -entre ellos, el Guggenheim o el Ayuntamiento de Bilbao-, mientras que unas 40 disfrutan de los servicios 'low cost' para pymes.
l Facturación. Socialitas generó el año pasado un negocio de 300.000 euros, un nivel ya superado este año y se prevé duplicar la facturación este 2013.
l Inversión. Socialitas está llevando a cabo una ronda de inversión para captar unos 200.000 millones y reforzar el negocio.
Igor San Román, CEO de Socialitas, posa en Gasteiz después de la entrega de los Premios Emprendedor XXI. Foto: josu chavarri
La reputación online
Igor San Román ha diseñado un modelo de negocio orientado a "industrializar" el servicio de márketing en redes sociales. La "clave" explica, es el protocolo de trabajo, que le permite llegar a más empresas a través de sus 'comunity managers' gracias a un proceso en cadena en el que hay diferentes especializaciones en la plantilla. En esencia, hay personal dedicado a la obtención de información, el lanzamiento de los datos y el desarrollo de la conversación en Internet. Todo esto no es posible sin un "feed back constante" entre el cliente y los profesionales de Socialitas. Se trata en definitiva de conocer a los responsables de las empresas hasta el punto de "pensar como piensan ellos" para divulgar en las redes sociales todo aquello que pueda mejorar la reputación online. Solo con esa sensibilidad adaptada a cada clientes es posible satisfacer tanto al Museo Guggenheim como a una carrocería. Aunque en el caso del museo bilbaíno la relación es muy estrecha ya que pertenece al grupo de clientes de consultoría, aquellos a los que se les diseña un producto concreto para estar presentes en las redes sociales.