BILBAO. “Estamos de bajón pero vamos pelear hasta el final”, comentaba ayer uno de los trabajadores de Formica en la factoría de la planta de Galdakao tras recibir la confirmación oficial de que la dirección de la empresa había comunicado al comité la presentación ante la autoridad laboral de la solicitud de un ERE de extinción de contratos que afecta a 169 de los 205 trabajadores de la factoría con el objetivo último e “irrevocable”, según se les comunicó, de cesar la producción de laminados decorativos a alta presión en la fábrica vasca y concentrar toda la producción de Formica en el Estado en la planta de Albal (Valencia). La dirección del grupo Formica, controlado por la multinacional de Nueva Zelanda, Fletcher Building, sólo contempla mantener en Galdakao una plantilla de 14 personas de la dirección y del departamento comercial. Los miembros del comité se reunieron en la mañana de ayer con la dirección de Formica y los tres asesores legales llegados de Madrid para efectuar el proceso de cierre de la factoría vizcaína. En el transcurso de la reunión la dirección les entregó un documento en papel, “insuficiente y sin soporte informático”, según miembros del comité, con las supuestas razones por las que el accionista de Formica, el grupo Fletcher Building había decidido cerrar la planta vasca y mantener la de Valencia. Para el presidente del comité de empresa, José Luis Vélez aunque la noticia era esperada “ha sido un duro golpe porque además no han esperado a la reunión con las administraciones vascas lo que es poco esperanzador”.
Según fuentes de la empresa, el cierre está argumentado en la “necesidad forzosa de la compañía de adecuar la capacidad productiva a la demanda del mercado”, manteniendo la planta de Valencia como único punto de fabricación en el Estado español. En la documentación presentada se recoge la posible recolocación de algunos trabajadores de Galdakao en otras plantas de la compañía, algo que los trabajadores consideran que es una “mera medida de propaganda para intentar dividir un poco al colectivo”. Según la compañía, “la difícil medida adoptada se explica por el exceso de capacidad productiva en España”, ya que Formica tiene, de un total de cinco factorías en Europa, cuatro plantas especializadas en la producción de laminado de alta presión, de las cuales dos están en el Estado.
La dirección alega que una de las razones del cierre es la mala evolución del mercado en España, pues representan el 14% de la demanda total europea cuando las dos plantas del Estado concentran cerca del 40% de la capacidad productiva. El comité celebrará una huelga el jueves, día en que está programada una reunión de la dirección británica con una representación institucional vasca.