Vitoria. Podrá cambiar el nombre de la empresa, los mandos y hasta los currelas de buzo y grasa, pero los cimientos del que fuera bastión industrial del popular barrio de Zaramaga continúan intactos. 60 años después del nacimiento de Forjas Alavesas, aquella colosal marca que ejemplariza el despertar económico de Álava en los años del tardofranquismo, sigue desprendiendo el mismo olor a forja y acero que antaño en su extraordinario cuartel general, equivalente a casi 20 campos de fútbol. Bajo la tutela comercial y empresarial hoy del gigante brasileño Gerdau, el 20º productor mundial de acero, abrió sus puertas el pasado viernes a 120 amigos y familiares con motivo de la segunda edición de puertas abiertas.

La visita radiografió la salud de una empresa que en estos momentos emplea a 275 trabajadores y es uno de los referentes del sector de los aceros especiales con el respaldo de las principales marcas de la automoción. El 80% de sus productos, sin ir más lejos, va a parar cada día a clientes como Mercedes, Peugeot, Renault o Audi. La fusión entre Gerdau y Sidenor se produjo oficialmente en 2010 y permitió a la histórica fábrica alavesa ganar músculo empresarial y aumentar su capacidad de producción. En este momento, el grupo cuenta con plantas en Euskadi (Basauri y Reinosa), Cantabria (Reinosa), Madrid y Cataluña, y produce cerca de un millón de toneladas al año.