Fallece Victor Conte, arquitecto del dopaje
El hombre que construyó el sistema que sacudió al deporte mundial con el ‘caso Balco’ muere a los 75 años. Dopó a grandes figuras del momento
Trevor Graham, preparador de grandes figuras del deporte estadounidense de los años 90 y principios de la década del 2000, decidió un día de junio de 2003 realizar un envío a la Agencia de Antidopaje de Estados Unidos(Usada). El paquete contenía una jeringuilla con una muestra de THG (tetrahidrogestrinona), la poción mágica, un esteroide anabolizante que poseía la cualidad de pasar desapercibido en los controles antidopaje. Graham se convertía así en la garganta profunda de uno de los mayores escándalos de la historia del deporte: el caso Balco.
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Balco era un laboratorio californiano creado por Victor Conte, músico y empresario nacido en Fresno, California, el 10 de enero de 1950. Tras abandonar su faceta de bajista –tocó para el grupo Tower of Power–, Conte comenzó a involucrarse en el mundo de la nutrición deportiva y la química aplicada al rendimiento físico. Con objeto de desarrollar sus ideas creó la empresa Bay Area Laboratory Co-operative (Balco).
Los clientes
Por la farmacia de Conte comenzaron a pasar algunos de los deportistas más destacados del momento: atletas como Marion Jones, ganadora del oro en 100, 200 y 4x400 y el bronce en longitud y 4x100 en Sídney 2000; Tim Montgomery, que firmó el récord mundial de los 100 metros con 9,78 segundos; Justin Gatlin, campeón olímpico y mundial de 100 metros; Dwain Chambers, oro mundial y europeo en 60 metros. También profesionales del fútbol americano, como Bill Romanowski, cuatro veces ganador del Super Bowl; jugadores de béisbol, como Barry Bonds, autor del récord de home runs en las grandes ligas estadounidenses; boxeadores como Shane Mosley, campeón mundial en tres pesos distintos...
El fundador de Balco también integró en su laboratorio a entrenadores como Trevor Graham, preparador de Jones, Montgomery o Gatlin, o Remi Korchemny, técnico de Chambers. Patrick Arnold era Panoramix, el químico que se encargaba de combinar sustancias para mejorar el rendimiento sin ser detectadas.
Balco era la panacea. Suministraba la gloria en dosis. El trabajo estaba acreditado con medallas. Según cuentan los mentideros Graham, enamorado de Jones, quien a su vez estaba comprometida con Montgomery, sufrió un ataque de celos y buscó venganza. Aquel paquete que Graham envió de manera anónima para posteriormente convertirse en testigo protegido fue el estallido de un caso que resolvió el detective Jeff Novitzky, quien más tarde sería responsable del caso contra Lance Armstrong. Balco, que operaría entre 1984 y 2003, se convirtió en sinónimo de polémica. Una posada para tramposos. El nombre pasaría a la historia por su vinculación con el uso de sustancias para mejorar el rendimiento y eludir controles antidopaje. Chambers fue el primero en caer, en 2003, por consumo del esteroide de diseño THG, que dejaba de ser imposible para los controles.
Cuatro meses de cárcel
Conte no esquivó la cárcel. En 2005 se declaró culpable de dos de los 42 cargos que se le atribuían, los delitos de conspiración por distribución de esteroides y de lavado de dinero. Fue condenado a cuatro meses de prisión y otros cuatro de libertad condicional, acordados con la Fiscalía. Los deportistas pagaron con sanciones y penas de prisión, y fueron desposeídos de sus éxitos. Marion Jones, por ejemplo, fue despojada de las cinco medallas obtenidas en Sídney y cumplió seis meses de cárcel. Jamás arrojó un resultado positivo, pero fue acusada por declaraciones falsas y admitió haberse dopado para la cita olímpica. Todos los citados sufrieron consecuencias legales.
El caso cambió la imagen de los Juegos Olímpicos, que tuvieron que recobrar credibilidad con reformas en las políticas de control del dopaje. Sin embargo, el infatigable Conte regresó al mundo del deporte después de cumplir la condena. En 2007, en el mismo edificio que albergaba a la extinta Balco, creó la compañía Scientific Nutrition for Advanced Conditioning (Snac) System, empresa dedicada a la nutrición, el entrenamiento deportivo y la consultoría para deportistas. De pronto Conte trató de proyectar un giro. Adoptó el rol de crítico de los sistemas antidopaje y colaboró con organismos y deportistas, asegurando que tenía una visión privilegiada de los puntos débiles del sistema. Una postura considerada como una transición por algunos o como un lavado de imagen por otros.
"El 60% de los deportistas de los Juegos están dopados"
Conte encendió el aspersor. Realizó afirmaciones que ponían en tela de juicio el sistema. “Es fácil usar sustancias dopantes durante losJuegos Olímpicos”, apuntó con motivo de la cita olímpica de Londres 2012. “El 60% de los atletas que participan en los Juegos están dopados”, aseguró para The Times. A su vez, durante una entrevista concedida en 2010 a ‘Associated Press’, afirmó que él simplemente ayudó a “nivelar el terreno de juego” en un mundo ya plagado de tramposos. El entonces miembro de la Usada, Gary Wadler, sentenció en 2007 que Conte bien podría haber estado traficando cocaína o heroína. “Estamos hablando de narcotráfico totalmente ilegal, de consumir drogas en violación de la ley federal. Esto no es filantropía ni buenas obras. Esto es narcotráfico”.
Reciclaje en el boxeo
Pese a todo, Conte se reinventó focalizado en el mundo del boxeo. En los últimos años trabajó con campeones mundiales como Devin Haney, Mikey García, Shawn Porter, Claressa Shields, Daniel Jacobs, Mario Barrios o Terence Crawford, quien tras su victoria el pasado septiembre ante Canelo Álvarez es considerado el mejor boxeador de la actualidad libra por libra. “Sí, hago muchas cosas por Terence Crawford. No solo soy un patrocinador financiero. También le brindo orientación nutricional y recomendaciones sobre suplementos”, se jactó Conte, que vendía una preparación “científica legal”.
Pero la sombra de Balco es alargada. Crawford vive envuelto en las sospechas. “Saber cómo burlar las pruebas antidopaje y hacerlo son dos cosas distintas”, defendió Conte para World Boxing News con motivo del combate entre su cliente y Canelo. “Apostaría mi vida a que no le he proporcionado ninguna sustancia prohibida a ningún atleta en los últimos 22 años”, zanjó.
Victor Conte falleció ayer a los 75 años víctima de un cáncer. La noticia ha trascendido hoy. Deja tras de sí un legado profundamente controvertido. Por un lado, fue pieza central de uno de los escándalos más grandes del deporte moderno. Por otro, intentó convertirse en un actor que señalaba fallos del sistema antidopaje y buscaba influir en su mejora.