"El espacio dedicado al juego de la pelota en Euskadi ha sido históricamente mucho más que una simple instalación deportiva o de ocio". Bajo esta premisa, el Instituto de Arquitectura de Euskadi (IAE) ha organizado en su sede de San Sebastián una exposición sobre "la gran variedad formal" de estos lugares.

"Pilotalekuak. Construyendo el vacío" es el título de esta muestra, presentada este viernes en rueda de prensa, que refleja la evolución de estos espacios que pasaron "de adaptarse e integrar la arquitectura preexistente en los pueblos y ciudades a tener la suya propia", según destaca el IAE en una nota.

La exposición recoge desde los primeros "pilotasoros", "donde ni siquiera había presencia de paredes", hasta los frontones actuales, que son "icono de la cultura y la arquitectura vasca".

A través de planos, vídeos, fotografías, maquetas, postales antiguas y también de una colección de herramientas utilizadas en las diferentes modalidades durante siglos, se ofrece al público un recorrido por una variada tipología arquitectónica, de 'pilota plazak' a paredes de rebote, "cuyo único elemento común y constante es el vacío que construyen para acoger el propio juego".

La "huella imborrable" de este deporte cuenta con "numerosos ejemplos singulares" como las "pilota plazak" de Laguardia (Álava), Otxandio (Bizkaia), Aizarna (Gipuzkoa), Urroz-Villa (Navarra) y Sara (País Vasco francés).

Pero con la evolución del juego, la pared "pasó a ser uno de sus iconos imprescindibles", paredes independientes que fueron "el gran hito y hecho diferencial del desarrollo constructivo de las plazas para el juego de pelota, un fenómeno que se produce por primera vez y de manera singular en el País Vasco".

"Más tarde, daría lugar a los primeros frontones, tipología conformada por un frontis, solado y una pared lateral -que en los inicios estaba a la derecha o a la izquierda indistintamente- como elementos fundamentales", explica el IAE.

La última parte de la exposición está dedicada al frontón moderno, que supuso un "boom" a finales del siglo XIX y principios del XX y, al ganar en popularidad, traspasó las fronteras del País Vasco y llegó a otros lugares de España y también al extranjero, como a Miami, que dispuso de uno de los frontones con mayor aforo del mundo.

Comisariada por el doctor arquitecto y profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV/EHU Daniel Carballo, la exposición podrá visitarse hasta el próxima 1 de octubre.