on Rahm ha tenido que entregar el número 1 del mundo ante la explosión de Scottie Scheffler. Siempre ha dicho el golfista de Barrika que esa posición no es en sí mismo un objetivo, sino la consecuencia de jugar bien y acumular notables resultados, que es lo que ha hecho el jugador texano de 25 años en las últimas semanas. Hace mes y medio, apenas 43 días, Scheffler estrenó su palmarés en el PGA Tour en el Phoenix Open, dos semanas después se llevó el Arnold Palmer Invitational y el domingo se impuso con autoridad a Kevin Kisner en la final del WGC Match-Play de Austin, el campo de la Universidad de Texas en la que estudió y que está cerca de su residencia en Dallas. Novato del año en 2020, su presencia en la última Ryder Cup ya advirtió de su enorme potencial, sobre todo en la modalidad de uno contra uno ya que el año pasado también fue subcampeón en Austin.
De todos los aspirantes, Scheffler era el que más complicado lo tenía en el Mundial Match-Play para desbancar a Rahm. De hecho, si el vizcaíno hubiera embocado el putt que tuvo para meterse en cuartos de final seguiría como número 1. Pero el ranking ha dado un vuelco justo a las puertas del Masters, que arranca en diez días, ya que esta semana las seis primeras posiciones se mantendrán invariables. El jugador texano, con esas tres victorias en sus últimos cinco torneos, se convierte en el vigésimo quinto jugador en alcanzar la cima del mundo y en el sexto más joven en conseguirlo. Además, apenas han pasado seis semanas desde su entrada en el Top 10 hasta que ha llegado a lo más alto. Por poner en perspectiva su logro, a Tiger Woods le tomó nueve semanas.
Scottie Scheffler sucede a Rahm que ha estado 43 semanas al frente, 36 de ellas consecutivas desde The Open Championship de julio de 2021. Se ha quedado, de momento, a una de alcanzar al zimbabuense Nick Price en la lista histórica de más tiempo como número 1. Hay voces que hablan de que perder el número 1 del mundo le puede venir bien al barrikoztarra ya que se despoja de una presión añadida y eso le puede venir para centrarse en mejorar aquellos aspectos de su juego que se han resentido en las últimas semanas, sobre todo el juego corto y el putt con los que se está dejando muchos golpes. En Austin, se mostró molesto cuando le preguntaron por la cuestión, pero seguramente el trabajo en esta semana y media hasta Augusta irá encaminado a afinar en esos aspectos que al final marcan la diferencia en el golf.
Se trata, en definitiva, de regresar a los buenos resultados porque eso y no otra cosa refleja el ranking mundial. El hecho de que Rahm haya sido desbancado no tiene que encender las alarmas en un deporte en el que ganar está muy caro. El de Barrika se había convertido en un ejemplo de consistencia, de regularidad con su presencia casi constante entre los diez primeros cada vez que jugaba, pero eso no es algo común. De hecho, de los diez primeros de un cada vez más rejuvenecido ranking mundial solo cuatro han podido anotarse algún torneo desde que en septiembre empezó la nueva temporada en el PGA Tour, que ya ha visto 17 vencedores diferentes. Scheffler ya lo ha hecho tres veces, lo que habla de su excepcional momento de juego que le ha servido para superar a jugadores con más recorrido en el circuito y liderar la FedEx Cup con mucha ventaja. El texano tardó 70 torneos en romper la lata y ahora se convertirá en centro de atención, algo que no es sencillo de llevar.
De todas formas, el nuevo número 1 del mundo parece un tipo tranquilo, cuyo éxito fue celebrado por toda su amplia familia en el Austin Country Club. “No me siento como si fuera el número 1. Creo que soy el mismo chico que hace cuatro meses y espero que eso no cambie nunca”, afirmó tras su victoria Scottie Scheffler, que aseguró que no se fija en las clasificaciones: “Simplemente, me gusta estar ahí fuera en el campo y competir, es lo que siempre he querido hacer, me siento afortunado de haberlo logrado y espero seguir haciéndolo muchos años”.
JugadorPuntos
El jugador ha tardado solo seis semanas desde que ingresó en el Top 10 mundial hasta que ha llegado al puesto más alto
Rahm puede liberarse de presión y pensar solo en mejorar su juego antes del Masters, que arranca la semana que viene