Después de la obligada ausencia de 2021 -todos los eventos internacionales de edades inferiores a Sub’ 20 se suspendieron por la pandemia-, Peio Añarbe se reencontró el pasado domingo con una de sus pruebas fetiche. El Skiri Trophy que se disputa desde hace casi medio siglo en Italia o, lo que es lo mismo, el Mundial oficioso de las categorías inferiores del esquí de fondo. Un cita que el joven deportista gasteiztarra (el próximo 15 de febrero cumplirá 16 años) afrontaba con la máxima ambición.

Y es que en su última presencia en la carrera transalpina se había colgado al cuello la medalla de oro (Sub’ 14). Algo que ya había conseguido también en 2018 (Sub’ 12) después de haber sido plata dos años antes. Sin embargo en esta ocasión Añarbe tuvo que conformarse con una posición algo más alejada del podio. En concreto, llegó a la línea de meta de la carrera Sub’ 16 como décimo clasificado.

Un excelente resultado, en cualquier caso, y más aún teniendo en cuenta las circunstancias en las que se enfrentó a los cerca de doscientos rivales que se encontró sobre la nieve. Peio acudió a Italia lastrado por una lesión en la espalda que arrastra desde hace semanas y de la que no termina de recuperarse completamente y por la gastroenteritis que le afectó días antes de la prueba.

Pese a ello, el esquiador vitoriano mostró su ambición y pundonor habituales poniéndose en cabeza del grupo desde la salida. Así, tiró de sus rivales durante la primera de las dos vueltas al circuito de aproximadamente cuatro kilómetros que formaba la prueba. En la segunda, sin embargo, el esfuerzo comenzó a pasarle factura y las fuerzas le abandonaron paulatinamente no pudiendo evitar ser adelantado por algunos de sus adversarios.

Tras este estreno internacional del curso, Añarbe participará el domingo en otra prueba de gran prestigio, la Marcialonga Young. Una competición que tendrá lugar en la misma pista y en la que Peio tratará de resarcirse siempre que su estado físico mejore y le permita ofrecer el cien por cien de su rendimiento.

Por lo que respecta a las citas estatales, el gasteiztarra continúa controlando con puño de hierro su categoría y dominó por completo la primera cita de la Copa de España que se disputó en Candanchú.

El gasteiztarra, que había ganado en 2020 y 2018, acudió mermado por una lesión en la espalda y una inoportuna gastroenteritis