onsultando el tiempo que se prevé para este próximo domingo 7 de noviembre en Amurrio, no parece que vaya a ser nada halagüeño. Lo que nos espera en la XXXV edición de la marcha Gorobel es frío, agua, barro y, puede ser en función de la cota de nieve, algo de este blanco elemento en las partes más altas, ya que pasaremos de los 1000 metros de altitud. Si miramos el calendario bien es cierto que no deja de ser el típico clima vasco de estas fechas, aunque viendo también lo acontecido hasta ahora no deja de ser una faena para los organizadores.

A mí, y a buen seguro a muchos de los 1000 inscritos hasta ahora en cualquiera de las tres modalidades, corta, mediana o larga, no tiene pinta que nos vaya a importar ni lo mas mínimo. Es otra manera de ver la montaña. Si bien lo bonito es que salga un día reluciente de sol para poder apreciar las vistas, que sobre todo tendremos desde lo alto de la Sierra Salvada, no es menos espectacular, el recorrer esos paisajes entre la lluvia y niebla con esos colores y olores tan característicos de la zona.

La modalidad que he elegido, dentro de las tres que nos ofrecen los amigos de Mendiko Lagunak, es la larga. Serán 41 kilómetros con casi 2000 metros de desnivel positivo, donde coronaremos cumbres tan emblemáticas como Babio, Ungino, Eskutxi o el imponente Tologorri. Además de esta distancia también se puede hacer la marcha mediana con unos 25,5 kilómetros y 1040 metros de desnivel positivo o la corta de 10 kilómetros.

A las 7 de la mañana, todavía de noche, arrancaremos desde la plaza de Amurrio esta nueva aventura cuyo primer paso importante será el monte Babio. Subiremos por la muy conocida senda de los contrabandistas. Hasta Etxegoien tendremos buen terreno, pero a partir de aquí después de una buena rampa de hormigón nos meteremos de lleno en esta pequeña senda que nos llevara con buenas cuestas hasta la cima de monte. Desde aquí una ancha pista de bajada con un pequeño tramo de asfalto y una buena senda después nos conducirá hasta el embalse de Maroño, el cual rodearemos uniéndonos con la salida de la marcha mediana en el kilómetro diez. Los más rápidos se unirán a esta gente ya que salen más tarde, a las 8 de la mañana.

Una vez pasado el embalse y subido el modesto alto del Mamukio, comenzara la escarpada ascensión al Ungino por Atatxa. En dos kilómetros subiremos 500 metros de desnivel positivo, lo que se traduce en rampas medias del 25% de pendiente. Se trata de la parte más dura de toda la marcha, pero también de las más bonitas, ya que en época de lluvias se pueden contemplar algunas de las cascadas que se forman en las empinadas laderas mitad rocosas, mitad herbosas. Terminada la ascensión y si la niebla lo permite podremos contemplar una espectacular vista de todo el valle e incluso verlo a través del ojo de Ungino, un agujero natural en la cima del mismo.

Superado el Ungino vamos a por la cota más alta de la marcha, se trata de Eskutxi, que con sus 1185 metros de altitud pone techo a la prueba. Seguimos la marcha y pasamos por la peña, pico y portillo de Aro para continuar bordeando el alto de Somo previo paso por las lomas del Moscadero y del alto del Pozo de Manda Agua. Así, una vez pasada ampliamente la mitad de la marcha, llegamos por fin, al avituallamiento que nos ha preparado la organización en el refugio de Goizalde. Cuentan las malas lenguas que todo el mundo se queda impresionado por la magnitud del mismo, sobre todo del excelso arroz con leche que podremos degustar.

Tras coger nuevos ánimos para seguir, lo que nos queda por delante no es otro que el majestuoso Tologorri y su imponente proa rocosa. Toca descender de nuevo al valle tras este "paseo" por la Sierra Salvada. Para ello la famosa senda negra que será sin duda alguna el punto con más barro de toda la marcha. No por ello deja de ser impresionante esta, en este caso, bajada, con una vista inmejorable de todo el valle. Llegamos por tanto a Lendoño de Arriba ya con 33 kilómetros en las piernas. Las fuerzas estarán bastante mermadas, y en algunos casos casi a punto de agotarse, en función de cómo hayamos planteado de ritmo la marcha y como no a lo que habrá que sumar el estado del piso.

Desde Lendoño enlazamos un tramo más amable e incluso en algunos tramos de asfalto, esperemos que no mucho, ya que existen pistas adyacentes mejores que la carretera para acabar en Mendeika. Solo nos queda bordear el Burubio, para pasar entre él y el Babio. De esa forma llegaremos de nuevo a Etxegoien donde abandonaremos terreno montañero para por calzada llegar a nuestro punto final, el mismo lugar de inicio, la plaza de Amurrio.

Animaos a disfrutar de una jornada otoño-invernal por uno de los lugares más majestuosos de la montaña vasca, que no es otro que la Sierra Salvada. Solo esperemos que la lluvia, que no el barro y el frio, nos dé un respiro. Así que nos vemos el domingo en Amurrio. ¿Corréis conmigo?

Domingo 7 de noviembre

Recogida tarjetas (Gorobel) 6.30-7.00

Recogida tarjetas (Ertzaintza) 7.15-7.45

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