- El corazón de Euskaltel-Euskadi late con fuerza. Está de enhorabuena. Feliz. El equipo naranja estará en la salida de la Vuelta a España después de hacerse con una de las invitaciones de la carrera. El anuncio oficial se realizó ayer a las 12.00 horas del mediodía, un día y una hora que quedará grabada en el reloj de la escuadra vasca, que retorna ocho años después de su última participación a la Vuelta, competición que añoraba tras la travesía por el desierto provocada por el desmantelamiento del equipo, cuando cerró el modelo anterior en 2013. Aquel fundido a negro es ahora luz naranja. El rescate de la Fundación Euskadi por parte de Mikel Landa, presidente de la entidad, en 2017, otorgó una nueva visión al proyecto vasco de ciclismo, que apenas disponía de un hilo de vida. Estar en la Vuelta le hace más fuerte.
El gesto del alavés, apoyado en Orbea y Etxeondo, insufló oxígeno al proyecto. La Fundación Euskadi tenía otra oportunidad. Después de dos cursos de resistencia, Euskaltel se incorporó como patrocinador principal el pasado año. La entrada de la firma telefónica fue un paso determinante para el Euskaltel-Euskadi, que blindó su futuro. Logrado ese triunfo, la mejor de sus victorias, el Euskaltel-Euskadi sonríe dichoso con la invitación a la Vuelta, que se disputará del 14 de agosto al 5 de septiembre. Con la llave maestra que da acceso a la Vuelta en el bolsillo, el Euskaltel-Euskadi estará en la salida de la catedral de Burgos con el objetivo de devolver el ciclismo vasco al escaparate y recuperar el encanto imbatible de la marea naranja, un movimiento que da sentido a un proyecto enraizado en lo deportivo y en lo social. "Es un proyecto de país", reivindicó Xabier Iturbe, presidente de la compañía telefónica, en la presentación del equipo.
Ese es el hilo conductor del Euskaltel-Euskadi. Jesús Ezkurdia, mánager general de la escuadra, confirmó que correr la Vuelta "es vital para el equipo. Hay que estar en las mejores carreras". Ezkurdia tenía depositadas grandes expectativas en obtener una plaza para la carrera después de que en 2020 el Euskaltel-Euskadi se quedara fuera. El hecho de que la Unión Ciclista Internacional (UCI) otorgue una invitación más para las grandes, abrió de par en par las opciones de la formación vasca. Con el Euskaltel-Euskadi instalado en la segunda división del ciclismo, un escalón por debajo del WorldTour, regresar a la Vuelta es un logro de enorme importancia para seguir creciendo y recuperar el empuje social que demanda un proyecto singular y único en su concepción.
Por eso aún reverbera el primer triunfo de Euskaltel-Euskadi en la Vuelta. Lo consiguió Roberto Laiseka en Abantos en 1999. Fue el descorche del champán que acompañó a la escuadra naranja en su periplo por la carrera. Laiseka volvió a saborear la victoria en el 2000, en Arcalís. "Es una buena noticia que vuelva a correr la Vuelta. Si un equipo profesional no corre una vuelta grande, se queda cojo. La gente está pendiente, es el mejor escaparate posible", expone Laiseka, una de las vigas maestras de aquel equipo. "Estar en carreras así es un gran paso para el futuro de los chavales. Aprendes a ser ciclista de verdad, ves tus límites. El primer año que corrí la Vuelta las pase negras porque iba al límite. Una carrera de tres semanas no tiene nada que ver con las carreras de cinco días", resume Laiseka. Unai Etxebarria tomó el relevo de Laiseka en el palmarés de 2003. Samuel Sánchez y Laiseka triunfaron en 2005. El asturiano repitió en 2006 y al contador de victorias se sumó Igor Antón. "Que Euskaltel-Euskadi esté en la Vuelta es una noticia muy buena. Es un aliciente para soñar en cosas más grandes", sostiene el de Galdakao, que considera que la formación naranja "es un equipo que depende de la masa social y estar en la Vuelta servirá para sembrar de cara al futuro". Antón también cree que es fundamental para el desarrollo de los ciclistas competir en una carrera como la Vuelta. "Correr las grandes supone una mejora personal. La evolución como ciclista se multiplica. En estas carreras es donde te haces ciclista. Sirve para crecer y evolucionar", agrega el vizcaíno.
Samuel logró un triplete de victorias en 2007. Mikel Nieve se asomó a la gloria en 2010, al igual que Antón, que se hizo con dos etapas ese mismo año. La última victoria de Euskaltel-Euskadi se produjo en 2011 cuando Igor Antón conquistó la Gran Vía de Bilbao. Fue una jornada apoteósica. Como la de ayer.