- "Hemos querido diseñar una carrera diferente", manifestó ayer el director general de La Vuelta, Javier Guillén, durante la presentación de la próxima edición de la carrera. Esta diferencia reside en el afán por "mostrar nuestro país: su belleza y su potencial como referente turístico mundial". Desde la organización consideran que el contexto de padecimiento de la pandemia de coronavirus invita a trazar un recorrido que es "una manera de ayudar al entretenimiento y la promoción turística a la espera de que podamos volver a la normalidad". Y ello, sostienen los creadores, sin sacrificar el plano deportivo. Al contrario, se garantiza "emoción hasta el final". Esta 76ª edición, apodada La Vuelta de las Catedrales porque comienza el 14 de agosto frente a la Catedral de Burgos y concluye el 5 de septiembre junto a la Catedral de Santiago, no pisará el suelo de Euskadi, a pesar de que "estaremos en muchísimos territorios, con una gran variedad de terrenos y sedes inéditas, además de visitar algunos de los grandes núcleos turísticos del país". Y es que las instituciones vascas han decidido no apostar este año por traer la carrera, como sí sucedió en la edición anterior.

Se trata de un recorrido de 3.336,1 kilómetros que alberga ocho llegadas en alto y dos contrarrelojes, fijadas para la primera y última etapa de La Vuelta. En total, hay siete etapas consideradas de montaña, cuatro de media montaña, seis llanas, dos contrarrelojes, ambas individuales, y dos jornadas de descanso. Los puertos de montaña son 45, entre los que sobresalen tres de Categoría Especial, como son Velefique, Lagos de Covadonga y Gamoniteiru. Además, habrá otros 13 puertos de Primera, otros tantos de Segunda y 16 de Tercera.

A juicio del director de La Vuelta, la carrera mantendrá la incertidumbre hasta el tramo final. "Es una Vuelta provista de su esencia, de su personalidad, que tendrá emoción hasta el final. En el último fin de semana habrá montaña el sábado, puede sorprender, y la crono del domingo en Santiago será clave. El vencedor se conocerá en los últimos metros", expresó Guillén, que ahondó en el diseño.

"Hemos buscado que hasta el final pueda haber un cambio en la clasificación. En los últimos años hemos tenido un líder que parecía definitivo, pero recordemos los últimos años con los apuros de Roglic en Gredos o el año pasado en La Covatilla. Este año todo se decidirá al final", garantizó el máximo responsable de la prueba.

Guillén también justificó el diseño del recorrido con el hecho de que "el año pasado la Vuelta fue muy norteña". "En el 2021 queríamos recuperar zonas como el Levante, Extremadura y Andalucía, aunque nunca se puede abarcar todo", comentó.

Sobre las novedades, la organización hizo hincapié en la inclusión de escenarios como el "Balcón de Alicante, Pico Villuercas y el Gamoniteiro", enclaves "totalmente nuevos para el ciclismo profesional, ya que nunca ha llegado allí ninguna carrera". Ahora queda por ver si las expectativas de los mapas se cumplen en la carretera.